Lección 24 - El Dogma de la Asunción de María a los cielos
Autor: Anwar Tapias Lakatt | Fuente: Curso de Apologética
Uno
de los temas que más rechazo logra para los no católicos es la Asunción
de la Virgen a los cielos, y las razones son evidentes: No hay un solo
texto explícito en la Sagrada Escritura para ello, por lo que un no
católico no lo comprende.
La forma en que desarrollaré este tema es:
a) Suficiencia en la Escritura para exponer una verdad;
b) Tipología de María como nueva Eva y como Arca de la Alianza;
c) Conexión con la Inmaculada Concepción;
d) Análisis del acontecimiento a la luz de la Escatología, y
e) Situación de este dogma antes de su promulgación
b) Tipología de María como nueva Eva y como Arca de la Alianza;
c) Conexión con la Inmaculada Concepción;
d) Análisis del acontecimiento a la luz de la Escatología, y
e) Situación de este dogma antes de su promulgación
Inicialmente colocaremos lo que la Iglesia definió en el Dogma:
Este dogma fue promulgado por el Papa Pio XII en el año 1950 en el documento Munifentissimus Deus de la siguiente forma:
"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo".
Es
decir, que la Virgen fue llevada al cielo en cuerpo y alma, una vez
terminada su vida. El término "asunción" se diferencia de "ascención"
porque mientras Cristo subió al cielo por su propio poder, María es
llevada al cielo por el poder de su Hijo. Vamos a continuación a
explicar con detalle como comprender este dogma de la Iglesia.
a) Suficiencia en la Escritura para exponer una verdad
Lo
primero que debe ocuparnos es saber cual es el nivel de mención que una
doctrina debe tener en la Sagrada Escritura. Los protestantes alegan
que la Asunción de María es un invento católico porque no está
registrada en la Sagrada Escritura. Si bien, esto no reviste problemas
para un católico, ni es tan cierto que no esté mencionado, debemos antes
clarificar ciertos casos al respecto:
Doctrina expresada por la Tradición implícita por otros textos:
Que el Espíritu Santo sea una persona. No
hay un texto que lo diga aun cuando el contexto de otros pasajes nos
permita afirmarlo por presentar características de una persona y los
atributos divinos.
Doctrina expresada por la Tradición no mencionada en la Escritura:
Qué la Revelación Pública terminara en Apocalipsis. Esto no se puede suponer de ningún texto sino de la Tradición.
Y
así hay otros puntos como la celebración del Domingo, o la canonicidad
de las Escrituras, que no pueden rechazarse porque no tenga una cita de
apoyo, sino mirar si dicha doctrina contradice el depósito de Fe
entregado por Cristo.
Es
obligatorio para la comprensión de este punto analizar las respuestas
protestantes al tema de la Sola Scriptura. Si bien nos exigen una cita
puntual para justificar la creencia en la Asunción de la Santísima
Virgen María, la base bíblica para ellos defender la Sola Scriptura es
un supuesto implícito aceptado como axioma que no necesita ser
demostrado.
Veamos un ejemplo de respuesta protestante a la Sola Scriptura:
El
primer argumento católico en contra de la Sola Scriptura es que la
Biblia no enseña explícitamente la Sola scriptura. Esto es, los
católicos argumentan que, "La Biblia, en ningún lugar establece que sea
la UNICA guía autorizada para la fe y la práctica.” Mientras que esto es cierto
- se equivocan en reconocer un punto crucial. Sabemos que la Biblia es
la Palabra de Dios. La Biblia se declara a sí misma ser inspirada por
Dios, inerrante y autoritativa. También sabemos que Dios no cambia Su
parecer o se contradice a Sí mismo. [1]
Los
protestantes tienen obligadamente que reconocer que su doctrina no está
establecida en NINGUNA CITA. Sin embargo, apelan a que ella misma diga
que es inspirada. Esto tiene el mismo peso que si un musulmán me dice
que el Corán es inspirado porque él lo diga.
Pero
tampoco podemos entonces igualar en veracidad la Sola Scriptura con la
Asunción de María porque ninguna tenga una cita textual, ya que la misma
Escritura sí muestra textos que contradicen la Sola Scriptura pero no
hay contradicción en pensar que María pueda estar ya en cuerpo y alma en
el cielo, aun cuando sean capaces de mostrarme citas, pues deberán ser
confrontadas primeramente.
Podemos
ver en este debate, cómo los argumentos a favor de la Sola Scriptura
son simplemente conjeturas y suposiciones sobre interpretaciones
arbitrarias ¿Sola Scriptura? o en este otro Sola Scriptura ¿Es Bíoblica? o este ¿Creían los padres de la Iglesia en la doctrina de la Sola Fides?
Colocamos a continuación una respuesta dada por Steve Ray, apologista converso del protestantismo:
Pero bien a pesar, ¿dónde se encuentra su doctrina favorita de la sola Scriptura explícitamente declarada en la Escritura? Ciertamente tenemos más garantía de confiar en la autoridad de la Iglesia y la necesidad de la Tradición (2 Tesalonicenses 2:15; 3: 6, etc.), que lo que ellos tienen para demostrar su doctrina no bíblica de la sola Scriptura. ¿Dónde encontramos sus intrincadas teologías de "Rapto" declaradas con claridad? Es obvio que no están claramente establecidas, porque hay muchas permutaciones en la doctrina fundamentalista, como cabezas hay. ¿Dónde está la palabra
"Trinidad" en la Biblia, o dónde lo vemos explícitado y explicado?
Evidentemente,
y es algo marcado por los apologistas ingleses conversos del
protestantismo. La exigencia de los apologistas protestantes en este
punto se quiebra, al exigir para la Asunción, lo que ellos no ofrecen
para la Sola Scriptura. Otro apologista norteamericano, Dave Armstrong
expondrá un punto dado por un pastor protestante para rechazar la
Asunción:
Un dogma como la asunción no tiene apoyo material ni en la Sagrada Escritura ni en la tradición. . . . ¿Por qué se molestan en apelar a la suficiencia material o la tradición, cuando tampoco pueden soportar un dogma como la asunción? . . . Pero yo sé, y tú lo sabes, que la asunción no se enseña en ninguna parte de las Sagradas Escrituras, y su presunto apoyo a la suficiencia material de la Sagrada Escritura no es más que una ilusión, y un ardid para distraer del hecho de que realmente has abrazado el principio de Sola Ecclesia. . . . Tú sabes que tus propios teólogos han declarado que no tiene apoyo en las Escrituras,. . .
...Sola Escritura es la única norma cierta, infalible, por el cual todos: teología, doctrina, credos (creencias), la práctica y la moral de la Iglesia cristiana son regulados, de acuerdo con lo que está " bien establecido expresamente en la Escritura, o una buena y necesaria consecuencia puede deducirse de la Escritura ..."
La respuesta de Armstrong viene a continuación:
Ahora, piense por un momento, las implicaciones de esto, y el círculo vicioso lógico que resultará. Él exige de los católicos que deben encontrar apoyo explícito a la asunción de María en la Escritura, para que no contradiga su creencia (es decir, para aquellos que la sostienen, ya que no requiere) en la suficiencia material de la Escritura.
Pero aún cuando se trata de su doctrina mascota de la sola Scriptura, Rey admite libremente que puede ser simplemente deducida de las Escrituras (!!). Bueno, si es el caso de este "pilar de la Reforma" - sobre la cual se construyen todas las doctrinas protestantes distintivamente -, que King permite la mera deducción, a continuación debemos señalar que se trata, por supuesto, exactamente cómo la Asunción. También se puede indicar en la Escritura. Por lo tanto, se deduce que la posición de King lógicamente le obliga a admitir que la evidencia bíblica de la Asunción no es fundamentalmente menor en especie que la evidencia bíblica de la sola Scriptura. Esto es lo que llamamos una doble moral, si se sigue presionando la supuesta diferencia enorme en que, de hecho, no existe.
Podemos
notar entonces un prejuicio para no ser capaces de escuchar y analizar a
la luz de la Palabra, la doctrina mariana de la Asunción, y colocar
barreras, que fácilmente aceptan para su doctrina bandera de la Sola
Scriptura. Los católicos no decidimos en el siglo XX inventar la
Asunción de María; es algo que poco a poco fue tomándose conciencia en
la Iglesia. Precisamente la Tradición Apostólica es una vía de
transmisión de la Revelación divina. James Akin, otro apologista
católico converso del protestantismo explica que la no inspiración no es
sinónimo de error, y por ello la Tradición Apostólica debe ser
aceptada:
¿Por qué confiar en la Tradición Apostólica si no es inspirada?" Porque las cosas no necesitan ser inspiradas para ser fidedignas, sólo necesitan ser verdaderas. La veracidad es necesaria para confiar, no la inspiración... En teología no tengo que poseer la verdad establecida en las propias palabras de Dios antes de creerla. Solamente necesito saber que Dios la enseña, sin importar cómo la expresa.
b) Tipología de María como arca de la Nueva Alianza y como nueva Eva
En
la Sagrada Escritura podemos encontrar los tipos y los antitipos. La
tipología es una rama de interpretación bíblica que logra encontrar un
modelo o prefiguración, que luego encuentra su realidad posterior, que
será superior siempre al modelo inicial. Lo podemos ver como promesa -
cumplimiento. Al respecto el Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
La Iglesia, ya en los tiempos apostólicos (cf. 1 Cor 10,6.11; Hb 10,1; 1 Pe 3,21), y después constantemente en su tradición, esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias a la tipología. Esta reconoce, en las obras de Dios en la Antigua Alianza, prefiguraciones de lo que Dios realizó en la plenitud de los tiempos en la persona de su Hijo encarnado. (CIC 128).
Es
importante mencionar que la tipología no es solo un avance en el
reconocimiento de un acontecimiento histórico del que se toma una nueva
conciencia, sino en una correspondencia histórica entre dos realidades.
Lo primero aplicaría más a la alegoría, como un avance vertical de un
suceso del Antiguo Testamento que va tomando un nuevo significado, en
cambio la tipología nos permite descubrir una realidad superior como
cumplimiento de una correspondencia histórica. Sin embargo no podemos
caer en el peligro de estar buscando tipologías a todo lo que
encontramos en el Antiguo Testamento. Precisamente la Enciclopedia
Católica expresa las condiciones para un tipo
(a) debe
tener su propia existencia verdadera e histórica independientemente del
anti-tipo, por ejemplo, la pretendida inmolación de Isaac sería un
hecho histórico, incluso si Jesucristo no hubiese muerto.
(b) No se debe referir el antitipo por su propia naturaleza. Esto impide que la similitud sirva como tipo, a causa de su semejanza antecedente a su objeto.
(c) Dios mismo debe haber establecido la referencia del tipo con su anti-tipo; esto excluye a los objetos que están naturalmente relacionados con otros.
(b) No se debe referir el antitipo por su propia naturaleza. Esto impide que la similitud sirva como tipo, a causa de su semejanza antecedente a su objeto.
(c) Dios mismo debe haber establecido la referencia del tipo con su anti-tipo; esto excluye a los objetos que están naturalmente relacionados con otros.
Tener claro estos requisitos, evita que se caiga en armar tipologías falsas. Precisamente en una web evangélica nos cuestionan el que usemos tipologías marianas inexistentes. Veamos:
Podría
seguir dando más ejemplos, como otros tipos (tipos institucionales,
acontecimientos típicos), pero estos son más que suficientes para probar
que en el Nuevo Testamento, los únicos tipos avalados son los que se
refieren a la obra y persona de Cristo y la vida Cristiana.
¿Por
qué no existen tipos de María en el NT?, si se supone que los apóstoles
y sus discípulos tendrían que ser los más grandes MARIANISTAS.
Cualquier
persona puede encontrar "tipos” en la Biblia pero esto no significa que
en realidad existan y sean correctos, voy a mostrar cómo puedo crear un
tipo de la nada con un poco de fantasía e imaginación.Yo podría afirmar
que José del AT, es un tipo del José del NT por las siguientes
razones:1.- Se llaman igual.2.- Ambos tuvieron sueños (Gen. 37: 5,Mat.
2:13)3.- Ambos salieron de la región donde vivían contra su voluntad.
(Gen 37: 28, Mat. 2:13-14)4.- Ambos fueron a Egipto (Gen 37:36, Mat
2:14) Nadie en su sano juicio buscaría una tipología así, y esta es
igual a la católica, solo buscan similitudes y las crean como un tipo,
sin embargo ya vimos que esta no es la forma en que obraron los
escritores sagrados, el Antiguo Testamento ya preparaba la venida de
Cristo y el nuevo pacto creado por su sangre, de ahí que la tipología
inspirada por Dios no hable de María.
Posiciones
equivocadas como estas son las que se logran cuando las tipologías se
buscan sin el verdadero sentido. La tipología va más allá que las
simples características y llega incluso a la finalidad misma dentro del
plan de Dios, como correspondencia histórica. Con esto, se evita caer en
cualquier peligro de reduccionismo basado en similitudes solamente.
Evidentemente las tipologías católicas marianas no se detienen en esto,
sino que logran con fundamento demostrar cómo la
realidad supera el modelo y su particular correspondencia histórica,
dejando claro que si tienen sentido es precisamente por ser
Cristológicas. Veamos enn primer lugar algunas tipologías bíblicas antes
de abordar el asunto sobre la Virgen María.
"Sin
embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos
que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura (τ?πος=tipo) del que debía venir" (Rom 5, 14)
"A
los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en
los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos —ocho en
total— se salvaron a través del agua. Todo esto es figura (?ντ?τυπον=antitipo) del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados" (1 Pe 3, 20-21)
En
estas dos citas podemos notar al tipo (modelo y figura inicial, como en
el caso de Adán, que es modelo de Cristo), y al antitipo (realidad
superior como en el caso del Bautismo). Otros ejemplos de tipología la
encontramos entre Cristo y Melquisedec (Heb 7, 3), o Agar y la antigua Alianza (Gal 4, 24)
María como la Nueva Eva
Para
poder comprender bien que María esté en los cielos, vamos a analizar su
figura como la nueva Eva. El apóstol San Juan nos va a permitir
comprender bien cómo María toma el lugar de Eva, algo que posteriormente
veremos muy referenciado en los Padres de la Iglesia.
El
Evangelio de San Juan nos ubica en la nueva creación. Una creación que
supera a la mencionada en el Génesis, pero que nos deja muchos paralelos
que vale la pena resaltar para comprender que Cristo inaugura una nueva
vida. San Juan estuvo al pie de la Cruz, vivió con María Santísima y
por tanto nos deja una huella imborrable del papel de María como nueva
Eva. Vamos a mostrar los paralelismos entre el Génesis y San Juan para
comprender luego que así como Cristo es el nuevo Adán, María es
tipología de la nueva Eva, sin excluir que también la Iglesia puede
tomar esa tipología. Bien nos dice el teólogo Joaquín Ferrer Arellano:
El
"fiat” de María, la nueva Eva, expresión de la obediencia de la fe, es
la antítesis divina del "non serviam” de Lucifer y de la desobediencia
de Eva. Esta segunda tipología bíblica antitética de la pareja
originaria respecto a Cristo y a María (la Mujer de Gn 3, 15), su Madre
(B), recurrente en la tradición desde Justino a Ireneo, que
contrapone la desobediencia de la pareja originaria al amor obediente
del Nuevo Adán, Cristo, y la Nueva Eva, María, tiene claro origen
bíblico, en los textos paulinos (ante todo Rom 5) leídos a la luz del Protoevangelio y Gal 4, 4, en el sentido que Artola llama pleno inclusivo, explicitado por los Padres.
Por
ello, para descubrir el papel de María como nueva Eva, debemos primero
contrastar Génesis y San Juan. Sabemos que San Juan escribe en una
teología más elevada que los sinópticos:
Inicio de los libros:
En el principio creó Dios el cielo y la tierra (Gen 1, 1)
En el principio existía la Palabra la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios (Jn 1, 1)
En el principio creó Dios el cielo y la tierra (Gen 1, 1)
En el principio existía la Palabra la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios (Jn 1, 1)
El Espíritu y el agua:
La tierra era caos y confusión: oscuridad cubría el abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas (Gen 1, 2)
«Yo no le conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él sea manifestado a Israel.» Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. (Jn 1, 31-32)
«Yo no le conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él sea manifestado a Israel.» Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. (Jn 1, 31-32)
Paralelo luz - tinieblas:
Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. io Dios que la luz estaba bien, y separó Dios la luz de la oscuridad (Gen 1, 5)
y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron (Jn 1, 5)
y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron (Jn 1, 5)
La acción de Dios en siete días:
Concluyéronse, pues, el cielo y la tierra con todo su aparato, El séptimo día Dios dio por concluida la labor que había hecho; puso fin el día séptimo a toda la labor que había hecho (Gen 2, 1-2)
Al día siguiente (día 2), al ver a Jesús venir hacia él, dijo: «He ahí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Jn 1, 29)
Al día siguiente (día 3), Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. (Jn 1, 35)
Al día siguiente (día 4), Jesús quiso partir para Galilea y encontró a Felipe (Jn 1, 43)
Tres días (día 7) después se celebraba una boda en Caná de Galilea (Jn 2, 1)
Al día siguiente (día 2), al ver a Jesús venir hacia él, dijo: «He ahí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Jn 1, 29)
Al día siguiente (día 3), Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. (Jn 1, 35)
Al día siguiente (día 4), Jesús quiso partir para Galilea y encontró a Felipe (Jn 1, 43)
Tres días (día 7) después se celebraba una boda en Caná de Galilea (Jn 2, 1)
El nombre que recibe la mujer:
"Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.»" (Gen 2, 23)
"Jesús le respondió: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora" (Jn 2, 4)
"Jesús le respondió: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora" (Jn 2, 4)
Adán y Eva son de la misma carne. Cristo y María son de la misma carne
Ahora, podremos ver el gran paralelo en el actuar de Eva y María pero de forma antagónica:
Aparición de un ángel a la mujer:
La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahvé Dios había hecho. Dijo a la mujer (Gen 3, 1)
Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a un pueblo de Galilea, llamado Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. La virgen se llamaba María (Lc 1, 26-27)
Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a un pueblo de Galilea, llamado Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. La virgen se llamaba María (Lc 1, 26-27)
A Eva se le aparece el ángel del mal, a María se le aparece el ángel de Dios.
La actitud ante el mandato:
Como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió. Después dio también a su marido, que igualmente comió (Gen 3, 6)
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel la dejó y se fue. (Lc 1, 38)
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel la dejó y se fue. (Lc 1, 38)
Eva desobedeció el mandato del Señor, mientras María fue obediente al mandato del Señor.
La maternidad de la mujer:
La maternidad de la mujer:
"El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos los vivientes". (Gen 3, 20)
"Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Jn 19, 25-27)
"Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Jn 19, 25-27)
La mujer y su descendencia:
Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje (Gen 3, 15)
Entonces, despechado contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en el testimonio de Jesús. (Ap 12, 17)
Entonces, despechado contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en el testimonio de Jesús. (Ap 12, 17)
Condujeron a un primer acto:
Después dio también a su marido, que igualmente comió (Gen 3, 6)
Jesús le respondió: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Pero su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él os diga (Jn 2, 4)
Jesús le respondió: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Pero su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él os diga (Jn 2, 4)
¿Después
de todo este análisis, somos capaces de ver el paralelo entre Eva y
María? San Juan nos deja en claro, cómo el inicio de su Evangelio
representa el nuevo orden de la creación, en donde Cristo es el nuevo
Adán (Rom 5, 14) y por tanto, María ocupa el lugar de Eva. Lo importante
aquí de esta analogía, es que Eva comparte lo mismo que Adán en el
orden natural, del mismo modo, María gozará de prerrogativas de Cristo
como receptora de la gracia de Dios.
Eva
por medio del fruto prohibido, pecó, hizo caer a Adán y perjudicó a
toda la humanidad. Isabel inspirada por el Espíritu Santo, reconoce a
Cristo como el fruto del vientre de María. El paralelismo es evidente,
incluso en la Reina Valera, pero se pierde en la versión NVI, que cambia
fruto por hijo, aun cuando la palabra griega no es teknon sino karpos.
Si Cristo toma su carne de María, se encarna en su vientre (Jn 1, 14), y nace como persona (Gal 4, 4), la
carne de María debe ser santa y no estar sujeta a un final diferente
que el de su Hijo. Si Adán sufrió el mismo destino que Eva, por haber
participado en el pecado original, María debe gozar de la misma promesa
que su Hijo por haber participado de modo obediente en el plan de
Salvación. Este paralelo debemos profundizarlo más, para comprender que
María Santísima debía y merecía compartir la primicia de ser asunta al
cielo luego de la Resurrección de su Hijo.
Si
notamos, es claro por el Génesis que es Eva quien primero peca, y luego
hace pecar a Adán. Para San Pablo el pecado es netamente de Adán, sin
embargo el Antiguo Testamento sostiene que el pecado entró por la mujer:
Por la mujer comenzó el pecado, y por la mujer todos morimos. (Eclo 25, 24)
Por lo tanto, por un solo hombre entró el pecado en el mundo (Rom 5, 14). San
Pablo afirma que por Adán entró el pecado en el mundo, y esto no
desconoce que Eva fue quien consintió la desobediencia y lo hizo caer.
De igual forma, María consintió en su alma el ser obediente a la
voluntad de Dios, y con ello permitió que Cristo se engendrara en su
vientre. Esa carne de Cristo no fue presa de la corrupción como bien
enseña San Pedro:
"Porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción" (Hch 2, 27)
Vemos
de este modo, que Cristo toma su carne de María y esta carne no sufre
la corrupción. ¿Qué sentido tiene que la carne de Cristo no sufra
corrupción, pero la de su Madre de quien la toma sí? Y es que aquí
debemos comprender que si bien María es una persona, su relación con
Cristo es única y particular. Del mismo modo que Adán y Eva son una sola
carne, Jesús y María comparten la misma carne, pues de ella la tomó.
Las
consecuencias del pecado si bien son diferentes en Adán y Eva, ambos
son expulsados del Paraíso. Es decir, la primera pareja va a compartir
el mismo lugar común:
Así
que lo echó Yahvé Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de
donde había sido tomado. Tras expulsar al hombre, puso delante del
jardín de Edén querubines y la llama de espada vibrante, para guardar el
camino del árbol de la vida. (Gen 3, 23-24)
Podemos
confiadamente afirmar que así como la primera pareja comparten el lugar
común por el pecado, Jesús y María compartan el lugar común por la
obediencia y la gracia de Dios. Ahora bien, el cielo no es un lugar
común que será exclusivo de Jesús y María, los que mueran en gracia de
Cristo recibirán el premio de la vida eterna en la Resurrección final.
Pero María no necesita esperar eso porque nunca estuvo sujeta al pecado,
lo que explicaremos más adelante. El Apocalipsis nos enriquece con una
figura sobre los que alcanzan la eternidad:
El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer del árbol de la vida, que se encuentra en el Paraíso de Dios". (Gen 2, 7)
Es
interesante notar cómo San Juan nos recrea los elementos de la caída,
tanto en su Evangelio como en el Apocalipsis, para poder ver que en esta
nueva creación, la Virgen María junto al árbol de la cruz ha vencido
con una fe inquebrantable, y recibido de Cristo el título de madre de
los creyentes. Como nueva Eva, ha resarcido con su fe, lo que perdió
Eva, que brota de la gracia de Cristo y de su sacrificio redentor en la
Cruz. Es preciso notar el paralelo evidente en ambos momentos:
- Adán llama Eva a su esposa, por ser madre de los vivientes luego de haber caído tentada al pecado comiendo del árbol, y por ende expulsada del Paraíso.
- Cristo llama a su Madre, madre de su apóstol, luego de haber permanecido firme junto al árbol de la Cruz, y por ende mereciendo la gloria reservada para los que son fieles al Señor.
Es
por tanto conforme al mensaje y al actuar de Dios, que María merezca un
destino distinto al de Eva. Si una debe esperar la Resurrección final
por culpa de la corruptibilidad de su carne, María no debe estar sujeta a
esto precisamente por su obediencia a Dios.
¿Pero
es correcto interpretar que María sea la nueva Eva? Respondemos que sí,
y así lo interpretaron varios Padres de la Iglesia en sus inicios. Y
aporta mucho al tema traer dichas citas, para comprender cómo ya en el
siglo II se veía a María como la nueva Eva, por su participación en el
plan de Salvación del nuevo Adán (Cristo).
San Justino Martir en el siglo II escribe:
Si por medio de la Virgen Cristo se hizo hombre, es porque el plan divino establece que por el mismo camino en que comenzó la desobediencia de la serpiente se encontrara también la solución. En realidad, Eva era virgen e incorrupta cuando acogió en su seno la palabra que le dirigió la serpiente y dio a luz la desobediencia y la muerte, por el contrario la virgen María concibió fe y alegría cuando el ángel Gabriel le anunció la buena nueva (evangelizoménou) de que el Espíritu del Señor vendría sobre ella y el poder del Altísimo la cubriría con su sombra, de manera que el ser santo nacido de ella sería Hijo de Dios (Lc 1,35). Ella respondió: Hágase en mi según tu palabra (Lc 1,38)".
Si por medio de la Virgen Cristo se hizo hombre, es porque el plan divino establece que por el mismo camino en que comenzó la desobediencia de la serpiente se encontrara también la solución. En realidad, Eva era virgen e incorrupta cuando acogió en su seno la palabra que le dirigió la serpiente y dio a luz la desobediencia y la muerte, por el contrario la virgen María concibió fe y alegría cuando el ángel Gabriel le anunció la buena nueva (evangelizoménou) de que el Espíritu del Señor vendría sobre ella y el poder del Altísimo la cubriría con su sombra, de manera que el ser santo nacido de ella sería Hijo de Dios (Lc 1,35). Ella respondió: Hágase en mi según tu palabra (Lc 1,38)".
Posteriormente, en el siglo III, San Ireneo mantiene esa línea:
El Señor vino y se manifestó en una verdadera condición humana que lo sostenía, siendo a su vez ésta su humanidad sostenida por Él, y, mediante la obediencia en el árbol de la cruz, llevó a cabo la expiación de la desobediencia cometida en otro árbol, al mismo tiempo que liquidaba las consecuencias de aquella seducción con la que había sido vilmente engañada la virgen Eva, ya destinada a un hombre, gracias a la verdad que el Ángel evangelizó a la Virgen María, prometida también a un hombre.Pues de la misma manera que Eva, seducida por las palabras del diablo, se apartó de Dios, desobedeciendo su mandato, así María fue evangelizada por las palabras del Ángel, para llevar a Dios en su seno, gracias a la obediencia a su palabra. Y si aquélla se dejó seducir para desobedecer a Dios, ésta se dejó persuadir a obedecerle, con lo que la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva. (Ad. haer. III, 22, 4)
El Señor vino y se manifestó en una verdadera condición humana que lo sostenía, siendo a su vez ésta su humanidad sostenida por Él, y, mediante la obediencia en el árbol de la cruz, llevó a cabo la expiación de la desobediencia cometida en otro árbol, al mismo tiempo que liquidaba las consecuencias de aquella seducción con la que había sido vilmente engañada la virgen Eva, ya destinada a un hombre, gracias a la verdad que el Ángel evangelizó a la Virgen María, prometida también a un hombre.Pues de la misma manera que Eva, seducida por las palabras del diablo, se apartó de Dios, desobedeciendo su mandato, así María fue evangelizada por las palabras del Ángel, para llevar a Dios en su seno, gracias a la obediencia a su palabra. Y si aquélla se dejó seducir para desobedecer a Dios, ésta se dejó persuadir a obedecerle, con lo que la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva. (Ad. haer. III, 22, 4)
La Iglesia recientemente, en el Concilio Vaticano II ha retomado esta figura de los primeros siglos para presentarnos a María:
Por
eso no pocos Padres antiguos afirman gustosamente con él en su
predicación que «el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la
obediencia de María; que lo atado por la virgen Eva con su incredulidad,
fue desatado por la virgen María mediante su fe» ; y comparándola con
Eva, llaman a María «Madre de los vivientes», afirmando aún con mayor
frecuencia que «la muerte vino por Eva, la vida por María» (LG 56)
No
obstante a todo lo mostrado, se reciben objeciones para afirmar que
María sea la nueva Eva. Una de ellas es que la mujer anunciada en Gen 3,
15 es Eva pues de ella se está hablando cuando se le anuncia el
castigo. Sin embargo, ¿cómo podría haber enemistad entre Eva y Satanás
si ya Eva fue vencida por el pecado cuando se dejó tentar. Esta mujer no
puede ser vencida por el pecado, y a la vez ser de quien descienda el
que aplastará la cabeza de Satanás. Precisamente el texto de Gén 3, 15
nos muestra la santidad de vida de la mujer que siempre está en
enemistad con la serpiente, como dijo San Pablo:
Que el pecado no tenga más dominio sobre ustedes, ya que no están sometidos a la Ley, sino a la gracia. (Rom 6, 14)
Por
tanto, la mujer de Gen 3, 15 debe ser una mujer que no esté dominada
por el pecado y no puede ser Eva. Incluso debemos reconocer que hay un
sentido literal histórico y un sentido profético mesiánico, y es en el
profético mesiánico donde podemos encajar la figura de María como nueva
Eva.
María como Arca de la nueva alianza
Otra
de las figuras importantes para comprender la Asunción de María es el
Arca de la Alianza. El paralelo es impresionante y muy enriquecedor;
aquí es importante notar que no solo son circunstancias accidentales o
coincidencias. Desde la misma finalidad del Arca, podemos comprender que
es tipo de María. El texto de Apocalipsis es revelador, visto en su
integridad y no según la división en capítulos actual:
Se abrió entonces el Santuario de Dios en el cielo, y apareció allí el arca de su alianza. Y se produjeron relámpagos, estruendo y truenos, temblor de tierra y fuerte granizada.
Apareció en el cielo un signo sorprendente: una Mujer vestida de sol,
con la luna bajo sus pies y tocada con una corona de doce estrellas (Ap 11, 19; 12, 1)
Como
podemos notar, San Juan en su visión ve el Santuario de Dios y aparece
el Arca de la Alianza. Luego del arca se escuchan relámpagos, truenos y
temblores. Este tipo de signos denotan presencia de Dios, así lo podemos
ver en el Éxodo:
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta;
todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Entonces
Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios,
y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahveh había descendido sobre él en el fuego. Subía el humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. (Ex 19, 16-18)
San
Juan quiere que el lector reconozca en esa visión, la presencia misma
de Dios entre la aparición del Arca y el signo de la mujer. Ya el Arca
en el cielo no contiene nada de lo que contenía en la tierra, pero la
presencia de Dios está, y justo después aparece el signo de la Mujer
esperando dar a luz a su Hijo. En esta mujer podemos reconocer tanto al
pueblo de Israel, como a María y la Iglesia. Esta triple presencia en la
figura de la Mujer permite no excluir una sobre otra; es lo que ha
ocurrido con interpretaciones en un sólo sentido, que intentan excluir a
toda costa la presencia de María.
Primero
vamos a recordar cómo era el Arca de la Alianza y qué características
pidió Dios a Moisés cuando se la manda a construir. El Arca era de
madera acacia, la misma que se usó en otros elementos sagrados. A la
madera de acacia se le designa como, "madera incorruptible", en los
Setenta, detalle que resulta interesante, sobre todo de cara al antitipo
del Arca, María.
- Harás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto.
- La revestirás de oro puro; por dentro y por fuera la revestirás; y además pondrás en su derredor una moldura de oro.
- Fundirás para ella cuatro anillas de oro, que pondrás en sus cuatro pies, dos anillas a un costado, y dos anillas al otro.
- Harás también varales de madera de acacia, que revestirás de oro
Como
vemos se puede apreciar, el Arca era de una madera incorruptible y
estaba revestida de oro por dentro y por fuera. Dios mismo cuando elige
la forma en que se construya un objeto material donde se guardaran
elementos del culto a Dios lo pedirá en la mejor madera y revestidas de
oro. Podríamos decir que para Dios siempre lo mejor. Y es algo que se
deduce por lo que Dios manifiesta que hará sobre el Arca:
Pondrás el propiciatorio encima del arca; y pondrás dentro del arca el Testimonio que yo te daré. Allí me encontraré contigo; desde encima del propiciatorio, de en medio de los dos querubines colocados sobre el arca del Testimonio, te comunicaré todo lo que haya de ordenarte para los israelitas. (Ex 25, 21-22)
El
Arca no era entonces un mero adorno o un signo cualquiera, era
realmente el objeto de culto más preciado para el pueblo de Israel. Como
nos dice la Jewish Virtual Library:
Espiritualmente, el Arca era la manifestación de la presencia física de Dios en la tierra (la Shekhina).[12] Cuando Salomón terminó de construir el Templo, el arca fue colocada en el Santo de los Santos, es decir el lugar más sagrado:
Los sacerdotes introdujeron el Arca de la Alianza en su sitio, en el lugar santísimo de la Casa -el Santo de los santos- bajo las alas de los querubines. (1 Re 8, 6)
Una vez la introducen, la gloria del Señor llenó la casa:
Mientras
los sacerdotes salían del Santo, la nube llenó la Casa del Señor, de
manera que los sacerdotes no pudieron continuar sus servicios a causa de
la nube, porque la gloria del Señor llenaba la Casa (1 Re 8, 10-11)
Analicemos
ahora, una serie de paralelos entre el Arca de la Alianza y María
Santísima. No son paralelos circunstanciales sino funcionales:
¿Qué contenía el Arca?
Las tablas de la Ley:
En el Arca se encontraban únicamente las dos tablas de piedra que Moisés, en el Horeb, había depositado allí: las tablas de la Alianza que el Señor había hecho con los israelitas a su salida de Egipto. (1 Re 8, 9).
En el Arca se encontraban únicamente las dos tablas de piedra que Moisés, en el Horeb, había depositado allí: las tablas de la Alianza que el Señor había hecho con los israelitas a su salida de Egipto. (1 Re 8, 9).
La vara de Aarón y el maná:
"Que contenía el altar de oro para el incienso, el arca de la Alianza —completamente cubierta de oro— y en ella, la urna de oro con el maná, la vara de Aarón que retoñó y las tablas de la Alianza. (He 9, 4)
"Que contenía el altar de oro para el incienso, el arca de la Alianza —completamente cubierta de oro— y en ella, la urna de oro con el maná, la vara de Aarón que retoñó y las tablas de la Alianza. (He 9, 4)
Como
se ve, el Arca de la Antigua Alianza contenía las normas dadas por Dios
a Israel, contenía el maná (pan bajado del cielo), y la vara de Aarón
(Sacerdocio), todas sombras que en Cristo se manifestaron como realidad
superior. Por eso, sí el Arca de la Antigua Alianza guardaba un maná,
una vara, y la Ley; en el vientre de María estaba: El Pan vivo bajado
del cielo, el Sumo Sacerdote y el Verbo de Dios. Si el Arca era de
madera incorruptible y revestida de oro, con mayor razón a quien
llevaría en su seno al Hijo de Dios. Esto que muchas veces no es
aceptado por no católicos, creo que se encuentra con un gran peso que no
puede obviarse por prejuicios contra la doctrina católica.
Además podemos encontrar los siguientes paralelos entre el Arca de la Alianza la y la Santísima Virgen María:
· La sombra de Dios cubriendo
Moisés no podía entrar en la Tienda del Encuentro, pues la Nube moraba sobre ella y la gloria de Yahveh llenaba la Morada. (Ex 40, 35)
El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra (Lc 1, 35)
El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra (Lc 1, 35)
Dave Armstrong nos hace ver algo interesante sobre la palabra utilizada por San Lucas para decir que la sombra cubriría a María:
La
palabra griega para cubrir es episkiasei, que describe una gloriosa
nube de luz. Se utiliza con referencia a la nube de la transfiguración
de Jesús (Mt 17, 5; Mc 9, 7; Lc 9, 34) y también tiene una conexión con
la gloria Shekinah de Dios en el Antiguo Testamento (Ex 24,15-16 ; 40,
34-38; 1 R 8, 10).
· El asombro ante la visita
Aquel día, David tuvo miedo del Señor y dijo: "¿Cómo va a entrar en mi casa el Arca del Señor? (2 Sam 6, 9)
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? (Lc 1, 43)
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? (Lc 1, 43)
· Tiempo de visita
El Arca del Señor permaneció tres meses en la casa de Obededóm de Gat, y el Señor bendijo a Obededóm y a toda su familia. (2 Sam 6, 11)
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. (Lc 1, 56)
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. (Lc 1, 56)
· Gozo ante la presencia
David, que sólo llevaba ceñido un efod de lino, iba danzando con todas sus fuerzas delante del Señor. (2 Sam 6, 14)
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo (Lc 1, 41).
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo (Lc 1, 41).
¿Serán coincidencia todos estos textos?
Pero miremos más
¿Qué pasó finalmente con el Arca de la Alianza? ¿Dónde se encuentra?
Realmente
nadie puede saber donde está el Arca. Remito un artículo que presenta
algunas suposiciones sobre la presencia actual del Arca:
Se
han propuesto numerosas hipótesis. El inglés Graham Hancock asegura que
está en Axum (Etiopía), en una capilla secreta de la iglesia de Santa
María. El arqueólogo italiano Flavio Barbiero cree que se encuentra en
el monte Sinaí, donde Moisés la dejó escondida tras llevarse una réplica
a la Tierra Prometida. El estadounidense Tom Crotser asegura haberla
visto en una cueva del monte Nebo (Jordania) en 1981. Y el arqueólogo
Ron Wyatt dice que en 1997 se encontró con ella en Jerusalén, en un
túnel bajo la colina del antiguo Templo. Otras teorías más fantasiosas
la imaginan en un banco de Suiza (depositada por el último emperador
etíope), en Francia (llevada por los Templarios), en el Vaticano (donada
por Mussolini), o en Irlanda (¡a donde la habría llevado el profeta
Jeremías en persona!)
Si
bien hay textos como 2 Re 24, 23 que expresa que todos los utensilios
de oro fueron destruidos, o 2 Cro 36, 10 que expresa que fue devuelta
luego del destierro, el único texto que la menciona en el canon
protestante es Jer 3, 16:
Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días —oráculo del Señor— ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar.
El segundo libro de Macabeos expresa lo siguiente:
Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada. Algunos de sus acompañantes volvieron para poner señales en el camino, pero no pudieron encontrarlo. Y cuando Jeremías se enteró de esto, los reprendió, diciéndoles: "Ese lugar quedará ignorado hasta que Dios tenga misericordia de su pueblo y lo reúna.Entonces el Señor pondrá todo de manifiesto, y aparecerá la gloria del Señor y la nube, como apareció en tiempos de Moisés y cuando Salomón oró para que el Santuario fuera solemnemente consagrado". (2 Mc 2, 5-8)
Aun
cuando los protestantes rechazan Macabeos, hay una fuerte conexión
entre ambos textos. Lo más importante es que expresa que nadie sabrá del
arca hasta que Dios lo decida. Pero más aún es poder conectar el
siguiente salmo:
¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! (Sal 132, 8)
El
salmo expresa que Dios al levantarse entrará en su lugar de reposo
junto a su arca. ¿Cuando entró Dios a su lugar de reposo? Veamos que
dice San Pedro en su primera predicación:
En efecto, refiriéndose a él, dijo David: Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile.Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza, porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción. Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia. (Hch 2, 25-28)
El
descanso lo tiene Cristo cuando resucita y sube al cielo, porque no
estuvo sujeto a la muerte. Pero es interesante que el salmo diga que
también el arca. Dios Padre no reposa, pero Dios Hijo sí cuando sube a la derecha del Padre. ¿Cuál es esta arca que anuncia el salmo?
Es
importante que se analice que del arca antigua nadie se acordará y que
está escondida hasta que Dios decida, más sin embargo el salmista
reconoce que el Arca entrará al reposo junto al Señor. Viendo
las fuertes conexiones que hay entre María y el Arca, ¿podemos inferir
que María tuvo el mismo destino que Cristo al ascender a los cielos? Por lo menos, María representa al Arca en el Nuevo Testamento, y está entrando al reposo junto con el Señor.
Volvamos otra vez al análisis del texto de Apocalipsis en donde aparece el Arca y el signo de la Mujer. Los protestantes ven en esta mujer al pueblo de Dios. Los
católicos no tenemos problemas en aplicar el texto a Israel, de quien
procede el Mesías, pueblo de las 12 tribus, la mujer embarazada como la
simbolizaba (Is 26, 17). No tenemos problemas en aplicarlo a la Iglesia,
ya que los cristianos luchamos contra el mal (v 17), y tampoco tenemos
problemas en aplicarlo a María, ya que es quien históricamente da a luz a
Cristo. Es impensable que si el pasaje se puede aplicar a Israel, no se
pueda aplicar a María, que es quien realmente da a luz a Jesús. Como
habiamos mencionado, se puede encontrar una triple simbología en esta
mujer.
La
conexión que habíamos analizado entre María y el Arca, se vuelve a
hacer presente ahora en Apocalipsis. omo explica Bob Stanley, en el
cielo no hay nada hecho por mano de hombre, esta Arca no puede ser la
escondida por Jeremías. Paso seguido del verso aparece la conjunción
griega "kay” que conecta con el verso 1 del capítulo 12.
Muchos
protestantes se olvidan de esto y parece que la mención del Arca en el
cielo es irrelevante, pero para nosotros los católicos no lo es.
Igualmente
veamos algo: entre la aparición del arca y de la mujer se menciona la
expresión: señal o signo. Lo que ocurre en el cielo, más que una visión
es una señal. Y es la misma palabra griega que aparece en Is 7, 14 como
en Ap 12, 1 (σημε?ον= signo)
¿Qué señal se da en ambos casos? El nacimiento del Mesías. Obviar esta fuerte evidencia es mucha terquedad:
- a) Ambos textos se muestran como señal
- b) Aparece el arca de la Alianza en el cielo antes de aparecer la mujer
- c) Ambas señales anuncian el nacimiento del Mesías
Veamos por ejemplo, una forma de ver este texto de Apocalipsis según lo hace San Juan Pablo II;
La exégesis actual concuerda en ver en esa mujer a la comunidad del pueblo de Dios, que da a luz con dolor al Mesías resucitado.
Pero, además de la interpretación colectiva, el texto sugiere también
una individual cuando afirma: «La mujer dio a luz un hijo varón, el que
ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro» (Ap 12, 5). Así, haciendo referencia al parto, se admite cierta identificación de la mujer vestida de sol con María, la mujer que dio a luz al Mesías. La mujer comunidad esta descrita con los rasgos de la mujer Madre de Jesús.
Caracterizada
por su maternidad, la mujer «está encinta, y grita con los dolores del
parto y con el tormento de dar a luz» (Ap 12, 2). Esta
observación remite a la Madre de Jesús al pie de la cruz (cf. Jn 19,
25), donde participa, con el alma traspasada por la espada (cf. Lc 2,
35), en los dolores del parto de la comunidad de los discípulos.
A pesar de sus sufrimientos, está vestida de sol, es decir, lleva el
reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la
relación esponsal de Dios con su pueblo.
Exclusiones en aplicabilidad de profecías
Pero
los protestantes tiene un problema, si el texto se aplica a Israel, ya
no da lugar a aplicarlo a María. Realmente es preocupante esta forma de
analizar el sentido alegórico de la Escritura. Si eso fuera así, no se
podría aplicar Is 7, 14 a Cristo ya que ese texto fue dado a Acaz y fue
cumplido antes que naciera Cristo.
¿Cuando se cumplió esa profecía referida a Acaz?
Leyendo
el contexto del capítulo entendemos que Acaz, rey de Judá tenía miedo
de una posible invasión de Resim y Pecaj, y que por eso se le manda a
que pida una señal a Dios de su respaldo. Aun cuando no la pide, Dios la
da y anuncia que una doncella dará a luz un hijo, y que antes que ese
niño crezca esos dos reinos serán derrotados:
Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado(v 16)
¿Esos dos reinos cuales son? Damasco y Samaria(Efraim):
Porque la cabeza de Arám es Damasco, y la cabeza de Damasco, Resín; a la cabeza de Efraím es Samaría, y la cabeza de Samaría, el hijo de Remalías.(v 8-9)
Esta profecía fue cumplida, veamos:
Después
del año 1200 A.C. el reino de Damasco se convirtió en un poderoso
estado que desafió durante mucho tiempo al Reino Asirio. Pero
finalmente, en el año 732 A.C, fue conquistado por Tiglath Pileser II
bajo las ordenes del rey de Judea, Achaz.
Y referente a Pecaj, sabemos por la Biblia:
Oseas,
hijo de Elá, urdió una conspiración contra Pécaj, hijo de Remalías, lo
hirió de muerte y reinó en lugar de él, el vigésimo año de Jotám, hijo
de Ozías.(2 Re 15, 30)
Así que, si se cumplió la profecía, quiere decir que hubo un nacimiento en esa época como señal para Acaz.
Entonces,
vemos que efectivamente, la profecía se cumplió en el tiempo de Acaz,
pero en el plan de Dios, también tendría cumplimiento en Cristo.
De este modo, ¿cual es el problema de poder ver en esta mujer a María?, teniendo en cuenta que:
- aparece en conexión con el arca,
- aparece en el cielo
- como señal
- y para anunciar el nacimiento de Cristo
El
argumento protestante excluiría siempre de aplicar de dos formas un
texto bíblico, lo cual lo refuta San Mateo aplicando a María una
profecía cumplida en la esposa de Acaz. Es evidente que hay muchas citas
que nos muestran a Israel como una mujer, incluso que sufre dolores de
parto al dar a luz, pero esto no es lo único posible del texto.
En la visión del Apocalipsis, podemos identificar claramente a los personajes:
- Mujer
- Arcangel
- Dragón
- Hijo
Tanto
el arcángel, el dragón y el Hijo representan individualidades, ¿por qué
para el caso de la Mujer vamos a excluir que también haya una
individualidad? Si el Pueblo de Israel da a luz al Mesías, es María en
especial quien lo da a luz y lo trae al mundo. Por eso no podemos ser
excluyentes en ver a María, porque además de la nueva Eva, el Arca de la
Alianza, también es María la hija de Sión anunciada y profetizada como
ese pequeño rebaño fiel y obediente al Señor.
Hay una excelente explicación para comprender la triple simbología de la mujer en el Apocalipsis:
La Virgen María es a la vez la personificación de la Hija de Sión, y la imagen y modelo de la Madre Iglesia, por lo que en esta visión representa los dos. La "mujer vestida de sol" es, pues, una imagen compuesta de Israel, María y la Iglesia, y por tanto la totalidad de la nueva Eva. Sus prendas celestiales y "dolores de parto" se refieren a Israel (ver Génesis 37, 9-10), el hecho de que ella da a luz a Cristo la identifica con María (cf. Ap 12, 5 con Lucas 2, 7) y su persecución después por el diablo le asocia con la Iglesia (Apocalipsis 12, 13-17). Los tres de estas entidades femeninas se combinan en la imagen de la nueva Eva.
La Virgen María es a la vez la personificación de la Hija de Sión, y la imagen y modelo de la Madre Iglesia, por lo que en esta visión representa los dos. La "mujer vestida de sol" es, pues, una imagen compuesta de Israel, María y la Iglesia, y por tanto la totalidad de la nueva Eva. Sus prendas celestiales y "dolores de parto" se refieren a Israel (ver Génesis 37, 9-10), el hecho de que ella da a luz a Cristo la identifica con María (cf. Ap 12, 5 con Lucas 2, 7) y su persecución después por el diablo le asocia con la Iglesia (Apocalipsis 12, 13-17). Los tres de estas entidades femeninas se combinan en la imagen de la nueva Eva.
Aun
más, sabiendo que en la visión de San Juan se ve el Templo y el Arca,
podemos recordar las palabras de Jesús frente a los fariseos:
Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?"
Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar".
Los judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?"
Pero él se refería al templo de su cuerpo. (Jn 2, 18-21)
Jesús
con esto nos deja ver que el Nuevo Templo es su Cuerpo, porque es él
quien contiene la plenitud de la divinidad. Por ello es importante
resaltar esto frente a la visión que el mismo San Juan en Apocalipsis.
Si el cuerpo de Cristo es el verdadero Templo, realidad superior, ¿quién
es la nueva Arca? Evidentemente que María. San Juan nos quiere hacer
ver esto en su visión y lo vuelve a recalcar:
No vi ningún templo en la Ciudad, porque su Templo es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. (Ap 21, 22)
Apocalipsis
por tanto nos deja ver las realidades superiores, ya no es un Templo
físico, es el mismo Dios, y de este modo ya no es un arca física, es la
nueva arca que se ve en el cielo.
Por
último, es importante analizar el papel de la madre del Rey para el
pueblo judío. Sabemos que en la Biblia, es la madre y no la esposa la
que es considerada la Reina. En 1 Re vemos como la madre de Salomón se
le presenta y él le hace colocar un trono a su lado:
Betsabé fue a presentarse al rey Salomón para hablarle de Adonías. El rey se levantó, fue a su encuentro y le hizo una inclinación. Luego se sentó en su trono, mandó poner un trono para la madre del rey, y ella se sentó a su derecha. (1 Re 2, 10)
La madre del rey se sienta en un trono. Vemos además que se le daba el título de reina madre:
Incluso despojó del rango de reina madre
a su abuela Maacá, por haber dedicado un horrendo fetiche a la diosa
Aserá. Asá eliminó ese fetiche, quemándolo en el torrente Cedrón. (1 Re 15, 13)
Como
vemos, era la madre la que tenía el título de reina y se sentaba en un
trono al lado del Rey. Sin embargo, los no católicos objetan que no hay
evidencia que esto fuera algo institucionalizado. En el siguiente enlace
se pueden encontrar buenos argumentos que el apologista ex-protestante
Steve Ray aporta en un debate contra el apologista protestante White Ver enlace
Pero podemos ahondar más en el reinado de Cristo con lo siguiente:
1. Cristo es el heredero del trono de David:
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin" (Lc 1, 33)
Cristo reinará eternamente y su reinado no tendrá fin.
2. Cristo está en el cielo a la derecha del Padre:
Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". (Hch 7, 56)
3. Cristo está en su trono y sentará a su lado a quien haya vencido:
Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono". (Ap 3, 21)
Y
María venció porque fue fiel, siempre creyó y nunca dudó. Siempre
estuvo preservada del pecado. Si hay alguien que merezca estar al lado
de Cristo es ella. Pero además, sabemos que la madre del rey es la
Reina. Si Cristo reina en el cielo, ¿dónde deberá estar su madre? A su
lado. Recordemos que en el Templo en el cielo aparece el Arca y que
Cristo es el Templo.
c) Conexión con la Inmaculada Concepción
El dogma de la Asunción de María tiene una fuerte conexión con el Dogma de la Inmaculada Concepción. María
fue preservada del pecado original en virtud de su misión maternal por
la Redención de Cristo que se aplica en ella de manera anticipada.
Lo
primero que debe tener claro todo lector es que María fue la primera
redimida en virtud de su misión. Si todos fuimos redimidos con la muerte
de Cristo, ella fue al ser concebida, y esto se hizo por el poder de
Dios en virtud de su misión. Por tanto sobre María no podía darse la consecuencia que recae sobre el resto de personas: la muerte por el pecado (Ez 18, 4)
Así,
el cuerpo de María no sufrió la corrupción de la muerte, aun cuando
para hablar del tema debamos preguntarnos si efectivamente María murió y
cual sería la causa. Para entender qué fue lo que ocurrió al terminar
sus días, lo explica el Padre Antonio Orozco Delclós:
¿Cuál
ha sido, pues, el elemento esencial y primario de la Asunción de María
sobre el que se pronunció solemnemente Pío Xll y que enseñó, como objeto
de revelación divina?
La
glorificación celeste del cuerpo de Santa María. Dicho con otras
palabras: la Santísima Virgen, desde que terminó el curso de su vida en
este mundo, está en el Cielo en cuerpo y alma con todas las dotes
propias del alma bienaventurada y del cuerpo glorioso. Por
tanto, la Asunción de María consiste formal y esencialmente en la
glorificación celeste del cuerpo de María, tanto si la incorrupción y la
inmortalidad le hubiesen sobrevenido a María sin una muerte previa,
como si le hubiesen sobrevenido después de la muerte mediante la
resurrección
Quiere
decir que el destino de todas las almas, de recibir un cuerpo
glorificado al final de los tiempos en el Juicio final, María por no
estar sujeta al pecado jamás, lo experimentó al finalizar su vida en
este mundo.
Citando nuevamente al apologista Dave Armstrong:
Si María fue realmente preservada del pecado original, entonces no se ve corrupción (es decir, estaría en un estado o condición que prevaleció antes de la caída del hombre, (ver Gen 3,19; Salmo 16,10). Por lo tanto, cuando partió de esta vida, ella experimentaría la resurrección corporal de inmediato de su cuerpo sin someterse a la decadencia. De una cosa sigue a la otra. Si uno es completamente libre de pecado, esto sin duda incluye el pecado original, y sin pecado original, no hay caries, ergo, la Asunción, sigue como una cuestión de tiempo.
Si María fue realmente preservada del pecado original, entonces no se ve corrupción (es decir, estaría en un estado o condición que prevaleció antes de la caída del hombre, (ver Gen 3,19; Salmo 16,10). Por lo tanto, cuando partió de esta vida, ella experimentaría la resurrección corporal de inmediato de su cuerpo sin someterse a la decadencia. De una cosa sigue a la otra. Si uno es completamente libre de pecado, esto sin duda incluye el pecado original, y sin pecado original, no hay caries, ergo, la Asunción, sigue como una cuestión de tiempo.
Se
deduce entonces que por la "gracia plena” que tiene María no impide que
pueda acceder de manera inmediata a la Resurrección del cuerpo
glorificado y poder entrar inmediatamente al cielo. El papa Pio XII
profundizó esto en la Encíclica Fulgens corona:
«Si
en un momento determinado la santísima Virgen María hubiera quedado
privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción
por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no
habría ya -al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que
fuera- la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición
primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino
más bien cierta servidumbre» (MS 45 [1953], 579).. Y si hubiera estado
contaminada por el pecado por un instante no podríamos pensar que el
cuerpo de María sería ya preservado de corruptibilidad.
La
Asunción de María es por tanto una consecuencia lógica de su Inmaculada
Concepción. Y no podríamos pensar que Eva gozara de ser creada virgen
incorrupta, y María ser concebida y creada sujeta al pecado. Esto por la
clara razón que Cristo es muy superior a Adán, y si Eva fue creada de
Adán en estado de santidad original, no podía ser que María, la nueva
Eva fuera creada en un estado inferior al de Eva, sobretodo porque las
prerrogativas dadas a María se dan en virtud de Cristo.
El
Papa Pio XII cuando definió el Dogma de la Asunción en la Encíclica
Munificentissimus Deus, expuso que eran dos privilegios en María
estrechamente unidos entre sí, y por tanto se dan dos consecuencias: su
cuerpo no sufrió corrupción y que no debió esperar la Redención final
(porque ya había sido aplicada en su concepción). Estas dos
consecuencias son claves para comprender la necesidad de la Asunción.
d) Análisis del acontecimiento a la luz de la Escatología
Continuando
en el estudio, podemos pasar a analizar cuales son las promesas que la
Biblia tiene para nosotros en la Resurrección final
En
el contexto de lo que nos sucede en esta vida por culpa del pecado
tenemos que: (a) el pecado original nos tiene apartados de Dios al nacer, y (b) la muerte produce la corrupción de nuestro cuerpo al morir, así
que las consecuencias del pecado están al inicio y al final de nuestra
vida, y ninguna de ellas se aplicaba a María por singular gracia de Dios
(NICOLAS. Augusto)
Pero
el don de Dios opera en ambos casos, logrando borrar el pecado original
en el Bautismo, y logrando vencer la muerte en la Resurrección final
para todos.
Como bien nos expresa el Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, Cardena Muller, en su Dogmática, pág 510:
María murió no como una consecuencia del pecado sino como un acontecimiento enmarcado en su íntima unión con Cristo. Si el Hijo murió, ella también. La muerte no es sólo, en efecto, castigo por la culpa original, sino también una realidad antropológica fundamentada en la finitud de la naturaleza humana, que guía el proceso evolutivo de la libertad finita bajo la modalidad de su consumación (la visión eterna de Dios)
O en palabras de San Juan Pablo II:
Cualquiera que haya sido el hecho orgánico y biológico que, desde el punto de vista físico, le haya producido la muerte, puede decirse que el tránsito de esta vida a la otra fue para María una maduración de la gracia en la gloria, de modo que nunca mejor que en ese caso la muerte pudo concebirse como una «dormición».
Por
tanto, si María muriese no sería por efecto de pecado como en resto de
nosotros, sino una verdadera dormición para volver glorificada a la
vida, como nos explica Aurelio Fernandez en su Teología Domática (Pág 579)
No
podríamos encontrar una persona que haya estado más íntimamente unida a
Cristo, que su madre y allí se aplican bien las palabras de San Pablo:
- Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.
- Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él.
- Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios.
- Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. (Rom 6, 8-11)
De
este modo, la glorificación corporal de María es algo en plena
consonancia con la Escritura: Los muertos resucitarán con un cuerpo
glorificado; si ellos que estuvieron sujetos a la muerte lo hacen, con
mayor razón la Santísima Virgen María lo puede hacer. ¿Cuándo? Primero
que todos.
Y
esto tiene su lógica: si María fue preservada en atención a su misión
aplicándole antes que todos los méritos de la Redención, también podemos
pensar que ella pueda experimentar por los mismos méritos de la
Resurrección de Cristo, la glorificación de su cuerpo primero que todos.
San Pablo nos explica bien como se da la Resurrección:
Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida. (1 Cor 15, 20-23)
Esta
cita es clave porque muestra que cada quien resucitará en el orden que
le corresponde. Así que hay un orden en la Resurrección. San Pablo nos
dirá cual es este orden:
Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo.
Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre. (1 Tes 4, 16-17)
Es
importante ver que San Pablo ya mostró que la Resurrección se da según
el orden que se tenga, y que primero serán los que murieron en Cristo.
¿María murió en Cristo? Claro que sí, y más que cualquiera.
Ahora,
si ella murió en Cristo y tiene asegurada la Resurrección (Rom 6,
8-11), si el pecado no la sujetó (Lc 1, 28), y los muertos resucitan
según el orden que tienen, ella podía experimentar inmediatamente lo que
nosotros experimentaremos al final de los tiempos. El catecismo lo
enseña así:
La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos" (#966).
¿Podríamos alegar que por qué María tendría ese privilegio anticipado a nosotros?
La respuesta es sí por:
- Si fueron asuntos personas pecadoras como Enoc (Gen 24, 5) y Elías(2 Re 2, 11) con mayor razón María en virtud de la gracia concedida por Dios .
- Así como María recibió a Cristo en su seno, es digno pensar que Cristo reciba a su madre en el cielo con el cuerpo glorificado como primicia humana de la Resurrección, luego de la de Él
- Si fue preservada primero que todos por la Redención de Cristo que borra el pecado original consecuencia del pecado, también puede ser glorificada primero que todos por la Resurrección de Cristo, venciendo la muerte, otra consecuencia del pecado.
Finalmente,
diremos que la Asunción de María es imagen escatológica de la Iglesia,
porque es modelo para todos los creyentes que conformamos el cuerpo de
la Iglesia.
d) Situación de este dogma antes de su promulgación
Ya
mencionamos líneas arriba como San Justino y San Ireneo en los siglos
II y III vieron a María como la nueva Eva. Incluso San Jerónimo en el
siglo IV también lo hace, por ejemplo en su carta 22:
La
muerte vino por Eva, pero la vida ha llegado a través de María. Y así
el don de la virginidad ha sido otorgado más ricamente a las mujeres, ya
que ha tenido su inicio de una mujer.
Más adelante San Cirilo de Jerusalén escribe:
A
través de Eva todavía virgen vino la muerte; a través de una virgen, o
más bien de una virgen, la vida debía aparecer: que como la serpiente
engañó a una, por tanto a la otra, Gabriel podría traer buenas nuevas.
El Papa beato Juan Pablo II lo expresaba en una de sus alocuciones el 02 de Julio de 1997:
El
primer testimonio de la fe en la Asunción de la Virgen aparece en los
relatos apócrifos, titulados «Transitus Mariae», cuyo núcleo originario
se remonta a los siglos II-III. Se trata de representaciones populares, a
veces noveladas, pero que en este caso reflejan una intuición de fe del
pueblo de Dios.
De
este modo, se vislumbra que ya los cristianos empezaban a reflexionar
sobre el fin de la Santísima Virgen en este mundo y algo muy importante
es que en ningún lugar del mundo se alega estar los restos de María. De
muchas personas se conocen sus tumbas y sus restos, pero de Jesús y
María nunca la Iglesia ha propuesto que existan sus restos. Incluso, la
Iglesia que expone para veneración las reliquias de muchos santos, nunca
ha expuesto reliquias del cuerpo de María. Y aquí valdría que n
Los
no católicos afirman que el silencio en textos sobre este dogma es ya
señal que no era creído, pero el mismo Juan Pablo II en otra alocución
mencionará otros textos de la Tradición siglos antes de la promulgación
del Dogma. Lo cierto es que
uno de los cuestionamientos que he leído es que la Iglesia inventó la
Asunción en 1950, lo cual es absurdo cuando vemos que los testimonios
directos sobre este tema surgen muchísimo antes. Incluso, si pudieran
por lo menos probar que la Iglesia por mucho tiempo expuso las reliquias
del cuerpo de María y que en el siglo XX cambió y las escondió, pues
tendrían razón en sus acusaciones pero nunca se ha hecho. Lo que sí se
ha logrado aportar contrastando revelaciones privadas con
investigaciones arqueológicas es la posible casa en Efeso donde viviría
sus últimos años.
Hipólito
antes del siglo III ya tenía conciencia sobre la incorruptibilidad del
cuerpo de María. En un fragmento de sus homilías escribe:
Pero el Señor no tenía pecado, por ser de madera incorruptible en relación con su humanidad, es decir, por ser de la Virgen y el Espíritu Santo, cubierto, por así decirlo, por dentro y por fuera con el oro más puro de la palabra de Dios.
Por ejemplo, San Germán en el siglo VII ya escribe: "era necesario que la Madre de la Vida compartiera la Morada de la Vida”
También San Andrés de Creta y San Juan Damasceno hablaron posteriormente sobre la Asunción de María.
Hay algunos factores adicionales que podemos analizar y estudiar al respecto:
· La Liturgia
Los
registros datan de por lo menos el siglo V en cuanto a oraciones
litúrgicas referentes a la Asunción de María, tanto en la Iglesia griega
como latina[29].
La celebración de la Asunción inició en oriente en el siglo IV, llamada
"La Memoria de María", y se celebraba implicitamente su entrada al
cielo. Posteriormente se llamó la Dormitio y se celebraba como la
muerte, resurrección y asunción al cielo, a finales del siglo IV, como
lo explican Gentle y Fastiggi en su obra De María nunquam satis, pág 77
Igualmente
es importante lo que esta misma obra deja ver de como Iglesias
separadas como la Nestoriana o la Monofisita, también celebraban esta
fiesta del Tránsito de María o la Dormición de María.
· La iconografía
Mientras
muchos atacan diciendo que la Iglesia inventó el dogma de la Asunción
en 1.950, hay pinturas de muchos siglos atrás que confirman que este
acontecimiento estaba en el corazón de los cristianos.
Hay un retablo en la Iglesia de Santa María Asunta, que data del siglo XV.
Esta otra está en la Pinacoteca de Napoles, y pertenece a inicios del siglo XV a la Iglesia Santa María Maggiore en Roma.
Pintado por Tiziano en 1.516
Martín de Soria, 1.571
Espero haya sido de bendición este material para todos
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