Autor: Xavier Villalta | Fuente: Catholic.net
La
Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por
una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su
concepción. En las siguientes líneas intentaré dar una explicación
sobre alguna de las razones teológicas que llevaron a la Iglesia
Católica a proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción de la Madre de
nuestro Señor Jesucristo.
María,
como todo ser humano, debería haber contraído el pecado original. Y en
condiciones normales, debería de haber pecado como todos los hombres
-salvo los que no han alcanzado el uso de razón- pecan. Pero María no
fue creada para ser un ser humano como los demás. Fue creada para ser la
Madre del Salvador.
El saludo del ángel
En
toda la historia de la Creación no hay criatura alguna llamada a
desempeñar esa tarea. Y de esa condición de excepción extraordinaria
parten todas las gracias que Dios derramó sobre ella. Tanta gracia dio
Dios a María que el ángel de la Anunciación no pudo por menos que
llamarla Kejaritomene
(llena de gracia o agraciada [Lucas 1, 28]). Tú sabes, estimado hermano
en Cristo, que cuando en la Escritura se da un nombre especial a
alguien, dicho nombre está señalando un aspecto esencial de la persona
que lo recibe. Pues bien, el nombre de María en la Encarnación es el que
te he mencionado. Y la Iglesia de Cristo ha entendido que dicho nombre
indica cuál es la condición de María desde su misma concepción.
¿Qué
quiso decir el ángel al llamar a María la "llena de gracia"?, pues
precisamente que en ella no había sombra de pecado alguno, ya que por
singular gracia y privilegio divino, en previsión de los méritos del hijo que de ella nacería,
fue preservada del pecado original. Para poder afirmar que algo está
realmente lleno, ese algo debe haber recibido el 100% del volumen que
puede contener, si tan sólo contuviera el 99.999999% aunque ante el ojo
humano pareciera lleno, sabríamos que falta algo para que realmente lo
esté; los ojos de Dios son -en todo, y en especial con respecto al
pecado- mucho más exactos que cualquier sistema robótico creado por el
hombre y por ello se deduce que si el ángel la llama "llena de gracia"
es por que ante Dios ella verdaderamente lo está, es decir no tiene
sombra de pecado alguno.
El Significado De La Palabra Kejaritomene
En
este punto podemos hacer un mejor análisis si vamos al idioma en que
originalmente estaba escrito el Evangelio de Lucas, es decir el griego,
en este texto en lugar de llamar a la Virgen la llena de gracia, el
ángel la saluda usando el vocablo kejaritomene, vocablo que no tiene
traducción al latín y mucho menos al español, ya que más que una palabra es un concepto que indica que la persona a quien va dirigida es "desde siempre, por siempre, y hasta siempre, llena de gracia",
es decir, esta sola palabra en griego nos revela que la Virgen fue
concebida sin pecado, no por méritos de ella, claro está, pero si por
gracia de Dios.
La palabra κεχαριτομ?νη (kejaritomene) es una extensión de tres palabras: χαριτοω (charitoo), μ?νη (mene) y κε (ke).
χαριτοω
(charitoo) significa "gracia", κε (ke) es un prefijo de χαριτοω que
significa que la palabra está en tiempo perfecto. Este indica un estado
presente producto de una acción completada en el pasado. μ?νη (mene)
hace esto un participio pasivo. "Pasivo" significa que la acción es
realizada en el sujeto (en nuestro caso la Virgen María) por otra
persona (en nuestro caso Dios). Resumiendo, la palabra κεχαριτομ?νη de
María es un participio pasivo de χαριτοω (charitoo) y nos dice que María
está llena de gracia por voluntad -voluntad que es eterna- de Dios.
Es
Dios el autor de su estado de gracia: llena, colmada de gracia. Esto
indica que el ángel no está diciendo que María está llena de gracia (en
ese momento), sino que se está refiriendo a ella como la "llena de
gracia" (por siempre). (Cabe resaltar que esta palabra con la que él
ángel identifica a María solamente es utilizada para ella en toda la
Escritura).
Esteban
en Hch 6,8, también está lleno de gracia, pero de una manera diferente,
no desde siempre, ni de forma tal de que esa "gracia” permanezca para
siempre, dado que el término utilizado es "pléres járis” (pleno de
gracia).
Entonces,
¿qué llevó a Lucas a "crear” una palabra para referirse de esa manera a
la Santísima Virgen a tal punto que la palabra kejaritomene no es
utilizada por la literatura griega sino hasta el siglo V después de
Cristo? Simplemente, Lucas, inspirado por el Espíritu Santo, comprendió
que Dios eligió a la Virgen desde la eternidad para que fuera Madre de
su Hijo y para tal fin, ella fue concebida sin pecado, sin mancha
alguna.
Solo una persona libre de pecado pudo albergar en su vientre a Nuestro Señor Jesucristo.
Más Fundamentos Bíblicos
La
Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción,
como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la
Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no
aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la
Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición
Apostólica.
El
primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15)
menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde
Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la
semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella
será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por
el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia
puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El
Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que
vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su obra maestra: La
preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En
Lucas 1:28 (como ya vimos, pero cabe el recalcar) el ángel Gabriel
enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de
gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene"
y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural
del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada
Concepción de María si lo sugiere.
Los Padres de la Iglesia
Los
Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor.
15:22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva.
Justín (Dialog. cum Tryphone, 100),
Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4),
Tertuliano (De carne Christi, xvii),
Julius Firm cus Maternus (De errore profan. relig xxvi),
Cyrilo of Jerusalem (Catecheses, xii, 29),
Epiphanius (Hæres., lxxviii, 18),
Theodotus of Ancyra (Or. in S. Deip n. 11), y
Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4),
Tertuliano (De carne Christi, xvii),
Julius Firm cus Maternus (De errore profan. relig xxvi),
Cyrilo of Jerusalem (Catecheses, xii, 29),
Epiphanius (Hæres., lxxviii, 18),
Theodotus of Ancyra (Or. in S. Deip n. 11), y
Sedulius (Carmen paschale, II, 28).
También
se refieren a la Virgen Santísima como la absolutamente pura (San
Agustín y otros). La iglesia Oriental ha llamado a María Santísima la
"toda santa"
Méritos:
María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El
que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza
humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de
Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos
salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de
Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos:
- María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
- María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:
- Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
- Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del ES.
Argumentos de los hermanos separados
- Según algunos protestantes, la Inmaculada Concepción contradice la enseñanza bíblica: "todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios" (Romanos 3:23).
Respuesta católica:
Si fuéramos a tomar las palabras de San Pablo "todos han pecado" en un
sentido literal absoluto, Jesús también quedaría incluido entre los
pecadores. Sabemos que esto no es la intención de S. Pablo gracias a sus
otras cartas en que menciona que Jesús no pecó (Hebreos 4:15; 1 Pedro
2:22).
La
Inmaculada Concepción de María no contradice la enseñanza Paulina en Rm
3:23 sobre la realidad pecadora de la humanidad en general, la cual
estaba encerrada en el pecado y lejos de Dios hasta la venida del
Salvador. San Pablo enseña que Cristo nos libera del pecado y nos une a
Dios (Cf. Efesios 2:5). María es la primera.
- Según algunos hermanos separados, María reconoce que ella era pecadora y que necesitó ser rescatada por la gracia de Dios (Lucas 1: 28, 47).
Respuesta católica:
Que María se declarara pecadora es falso. Que ella se declarara salvada
por Dios es verdadero. En Lc 1:48 ella reconoce que fue salvada. ¿De
qué? Del dominio del pecado, por gracia de Dios. Pero para eso no tuvo
que llegar a pecar. Dios la salvó preservándola del pecado.
El dogma de la Inmaculada Concepción de María no niega que ella fue salvada por Jesús.
En María las gracias de Cristo se aplicaron ya desde el momento de su
concepción. El hecho de que Jesús no hubiese aún nacido no presenta
obstáculo pues las gracias de Jesús no tienen barreras de tiempo y se
aplicaron anticipadamente en su Madre. Para Dios nada es imposible.
¿Cómo sabemos que La Virgen María fue concebida sin pecado?
La fe católica reconoce que la fuente de la revelación Bíblica necesita
ser interpretada a la luz de la Tradición recibida de los Apóstoles y
según el desarrollo dogmático que, por el Espíritu Santo, ha ocurrido en
la Iglesia. De esta manera lo que esta ya en la Biblia en forma de
semilla se llega a entender cada vez mejor.
Duns Escoto: "Pudo, quiso, luego lo hizo”
El franciscano Juan Duns Escoto,
al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del siglo XII
y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada),
brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la
Inmaculada Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador
perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más
excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado.
Escoto
preparó el camino para la definición dogmática. Dicen que su
inspiración le vino al pasar por frente de una estatua de la Virgen y
decirle: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta
dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).
1.
¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado
original? - Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna
mancha. Esto es lo más honroso, para Él.
2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? -
Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.
3.
¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos
respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es
mejor hacerlo, lo hace.
Entonces Escoto exclamó: Luego
1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha.
3.
Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado
original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.
Conclusión
Dado
que este es un tema muy controvertido para los no católicos, para
finalizar toca insistir en que con todo lo bendita que la Virgen María
es, con todo lo Inmaculada que es, con todo lo digna de honra que es, no deja de ser una criatura.
Por tanto hay un abismo insondable entre ella y su Creador. Y no hay ni
un solo privilegio que ella tenga que no le venga dado de su condición
de esclava de Dios y Madre del Salvador. Por ello los católicos sabemos
que honrar a María da gloria a su Hijo. Sabemos que
amar a María es fruto del amor por su Hijo. Sabemos que bendecir a María
es bendecir a su Hijo y que eso es fruto del Espíritu Santo obrando en
nuestras vidas. Y sabemos que cuanto más se la honra, más se la ama y
más se la bendice, más gloria recibe el Dios que es su Padre, el Dios
que es su Hijo y el Dios que la cubrió con su gloria que es el Espíritu
Santo.
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
Fuentes
Corazones.org: http://www.corazones.org/maria/ensenanza/inmaculada_conc.htm
Catholic.net: http://es.catholic.net/op/articulos/55335/cat/349/kejaritomene-la-llena-de-gracia.html
Infocatolica.com: http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/explicando_el_dogma_de_la_inmaculada_con