Qué es la Infalibilidad papal?

¿Es infalible el Papa?
En 1870 El Concilio Vaticano I (reunión de obispos, teólogos, etc.) declaró el dogma de la INFALIBILIDAD PAPAL con las siguientes palabras: "El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra (= con autoridad), esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables." (Constitución dogmática Pastor Aeternus, Cap 4)

Para que un pronunciamiento del Papa sea “ex cathedra” tiene que tener las siguientes características:

Primero tiene que ser un pronunciamiento del Papa en representación de su posición como pastor supremo y maestro de la Iglesia Católica universal, el mensaje tiene que ser dirigido a toda la Iglesia.

Segundo, para que un pronunciamiento del Papa sea “ex cathedra” tiene que referirse a temas de fe y moral sobre los cuales la Iglesia tiene la autoridad para enseñar.

Tercero, para que el pronunciamiento sea infalible, tiene que ser presentado como una enseñanza definitiva, declarada en términos absolutos, para ser aceptada por todos los católicos del mundo. Esto significa que no admite ninguna excepción.

Cuando el Papa se pronuncia de esta manera sobre temas de fe o moral como una enseñanza definitiva de la Iglesia este pronunciamiento se considera infalible. Esta enseñanza no puede tener error porque está hecha bajo la guía del Espíritu Santo, espíritu de Verdad.

O sea, no se declara que todo lo que dice el Papa sea infalible, sólo lo es cuando hace una declaración formal en ciertas condiciones. El propio Catecismo de la Iglesia (#891) nombra tres condiciones que deben reunirse para que una definición pontificia sea “ex cathedra”:

1- El Papa debe hablar "como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos". (O sea, debe dirigirse a y hablar en nombre de la Iglesia universal, no por cuenta propia expresando su opinión personal).

2- El Papa "proclama por un acto definitivo la doctrina". (Cuando el Papa claramente expresa que la doctrina es definitiva, no puede cambiar)

3- El Papa habla "en cuestiones de fe y moral". (Por tanto no es infalible si habla de ciencia, política, economía, deportes o lo rico que está el repollo)

Así pues, teniendo en cuenta todo lo que hay que tener para que una declaración papal se considere infalible, sólo se ha invocado oficialmente dicha infalibilidad en dos declaraciones papales, las declaraciones de los dos últimos dogmas marianos (la Inmaculada Concepción, 1854 y la Asunción, 1950).

Juan Pablo II, por poner un ejemplo, fue Papa durante 27 años y gobernó la Iglesia estupendamente bien sin necesidad de usar ni una sola vez la prerrogativa de infalibilidad.

En cuanto al enfoque puramente apologético, no podemos esperar que un no-católico acepte que el Papa es infalible en alguna circunstancia, pero al menos sí podemos intentar hacerle entender qué significa realmente esta creencia para que no sigan repitiendo de buena fe aquella falsedad de que los católicos creen que el Papa "nunca se equivoca" en lo que dice.

En síntesis: La infalibilidad papal es algo referido únicamente a cuestiones doctrinales.

Si un Papa es hallado en una conducta reprensible, hasta el más "insignificante" de los cristianos católicos tiene perfecto derecho a levantar su voz y reprenderlo, pues con ello no se pone en cuestión su papel vicario sino que simplemente se pone en evidencia su debilidad humana.

Y en cuanto al título de "su santidad", independientemente de que nos guste ahora más o menos, es simplemente un título honorífico, no indica que sea realmente santo, de lo contrario todos los papas pasarían automáticamente a ser declarados santos tras su muerte, y la mayoría no lo son. 

La santidad depositada en el Papa se refiere más bien al cargo que representa como vicario de Cristo, no a él como persona humana. 

Es la santidad del Espíritu Santo que protege su función y la santidad de Jesús, al que representa, lo que reconocemos al llamarle "su santidad".

(Fuentes: Catholic.net y sfcatolico.org)


4 mitos sobre la infalibilidad del Papa ¿Es cierto que nunca se equivoca?
La infalibilidad pontificia es un dogma de la Iglesia Católica. Es decir, una verdad divinamente revelada e irreformable que ha de ser creída por todos los fieles católicos del mundo sin excepción. Sin embargo, muchos no católicos (y no pocos católicos) no terminan de entender bien en qué consiste este dogma y terminan creyendo algunos mitos anticatólicos sobre este tema.

Aquí te exponemos los más comunes:

Mito 1: El Papa nunca se equivoca
Verdad: El papa solo es infalible en muy contadas ocasiones. Así lo definió el Concilio Vaticano I cuando dijo que “cuando, ejerciendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, en virtud de su Suprema Autoridad Apostólica, define una doctrina de Fe o Costumbres y enseña que debe ser sostenida por toda la Iglesia

¡Eso ha ocurrido muy pocas veces en la historia! El Papa se puede equivocar en muchas cosas como cualquier otro ser humano se puede confundir usando medias de distintos colores, con el idioma de un discurso o pensando que Maradona es mejor que Pelé…

Mito 2: La infalibilidad papal no está en La Biblia
Verdad: Si alguien trata de encontrar en la Biblia un versículo que menciones específicamente la expresión “infalibilidad pontificia” por supuesto que fracasará, pero eso no significa que sea verdad.

La Biblia tampoco menciona la palabra Trinidad pero es una verdad creída por la mayor parte de religiones autodenominadas cristianas.

La Biblia nos menciona que Jesús edificó su Iglesia sobre Pedro (Mateo 16, 18), a él le da las llaves del reino de los cielos y le da la misión de atar y desatar en la tierra quedando esto confirmado por el cielo (Mateo 18, 19), Pedro es el primer apóstol en ser nombrado en todas las listas de apóstoles que aparecen en la Biblia y, lo más importante, hay un pasaje bíblico en el que Pedro ejerce su infalibilidad.

En el capítulo 15 del libro de los Hechos surgió una discusión en la Iglesia: ¿los gentiles conversos al cristianismo debían ser circuncidados como los judíos? En medio de la discusión Pedro se levantó y dijo: “¿Por qué, pues, ahora tentáis a Dios imponiendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros antepasados ni nosotros pudimos sobrellevar? Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos”. 

Luego de esto Pedro mandó a Pablo y Bernabé a Antioquía (lugar donde nació el debate) con una carta en la que les comunicaba la decisión. Gracias a esa infalible decisión los cristianos nunca más hemos discutido si debemos circuncidarnos o no. Roma locuta est, causa finita est.

Mito 3: La infalibilidad es un invento del Concilio Vaticano I
Verdad: Muchos creen que cuando se declara un dogma la Iglesia se lo está inventando. ¡Eso es completamente falso! Si bien es cierto que el CVI definió el dogma, este ya era creído desde siempre. Tenemos el testimonio de incontables cristianos que ya lo creían, por ejemplo: “Sin embargo, para manifestar la unidad estableció una cátedra, y con su autoridad dispuso que el origen de esta unidad empezase por uno […] A Pedro se le da el primado, para que se manifieste que es una la Iglesia de Cristo“. San Cipriano de Cartago, año 253.

“Pedro, el más grande y fuerte de todos los apóstoles, y aquel que por su vida fue el portavoz de todos los demás”. Eusebio de Cesarea, año 340.

“Y el bienaventurado Simón, que después de su confesión sostiene el edificio de la Iglesia y ha recibido las llaves del reino de los cielos”. San Hilario de Poitiers, año 367.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia… ¿ No podrá entonces Él (Cristo) fortalecer la fe del hombre a quien actuando con su propia autoridad le dio el reino y a quien llamó la roca declarándolo así cimiento de la Iglesia?”. San Ambrosio de Milán, año 397.

“Aquel gran hombre, el discípulo de los discípulos, el maestro entre los maestros, el cual ejerciendo el gobierno de la Iglesia de Roma, poseía la autoridad en la fe y en el sacerdocio. Dinos, por lo tanto, te rogamos que nos digas, Pedro, príncipe de los apóstoles, cómo las iglesias deben creer en Dios”. San Juan Cassiano, año 435.

“Los decretos del Romano Pontífice, que descansan en la supremacía de la Sede Apostólica, son incuestionables”. Isidoro de Sevilla, año 636.

Mito 4: El papa no puede ser infalible porque solo Dios es infalible
Verdad: Es cierto que solo Dios es infalible en absolutamente todas las cosas, por eso los católicos creemos que el papa solo es infalible en situaciones muy puntuales, no en todas. (Revisar el mito 1 para una mayor explicación)

Fuente: church pop