Continuamos la serie de ornamentos papales, correspondiendo en esta ocasión abordar la silla gestatoria sobre la cual era trasladado el Papa, flanqueado por cuatro oficiales de la Guardia Noble, seguido de los dos flabelos y del resto del cortejo papal, durante las procesiones. Al igual que los otros que hemos considerado hasta el momento, se trata de una insignia litúrgica propia del Santo Padre que estaba destinada a facilitar su traslado y permitir que éste fuese visto desde lejos por la muchedumbre.
Procesión solemne en tiempos de Pío XI
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Con el nombre de silla gestatoria (sedia gestatoria) se designa aquel trono portátil que usaba el Romano Pontífice en ciertos actos de gran ceremonia, de manera que la multitud pudiera verlo durante los breves traslados. Se trataba de un sillón de terciopelo carmesí con las armas del Papa reinante colocado sobre unas parihuelas doradas llevadas por doce personas, tres para cada uno de los cuatro travesaños, con clara semejanza a una litera o palanquín.
La silla se usaba para las distintas ceremonias donde participaba el Papa en las Basílicas de San Pedro y San Juan de Letrán, como la coronación, las procesiones de entrada de las Misas pontificales, los consistorios públicos y las audiencias generales, pero con algunas diferencias en razón de su clase. Así, cuando se trataba de audiencias aquél no iba revestido y el cortejo se simplificaba, mientras que en las funciones litúrgicas vestía pontificalmente, era trasladado bajo palio y acompañado de todo el despliegue del ceremonial pontificio.
Pío XII llevado sobre la silla gestatoria antes de una audiencia pública
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
El uso de la silla gestatoria se relaciona con la autoridad que inviste el Papa, de suerte que ella no ha sido un elemento privativo del ceremonial de la Iglesia. Por eso, además de la función recién referida, ella sirvió en el pasado para otros fines, por ejemplo, cuando el Romano Pontífice recibía el tributo anual del Reino de Nápoles y de otros feudos tributarios de los Estados Pontificios.
La representación más antigua conocida de un dignatario transportado en una silla gestatoria se data durante las primeras dinastías egipcias, en la celebración del Heb Sed, arcaica fiesta ritual que conmemoraba el trigésimo aniversario de reinado de un faraón.
Procesión solemne de ingreso a la Basílica Vaticana de San Juan XXIII
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
En el caso de la silla gestatoria papal, el primer testimonio que se tiene de ella proviene de la Apologia pro Synodo, escrita en el siglo VI por Magno Felice Ennodio (473-521), Obispo de Pavía, quien da cuenta de la existencia en Roma de una "gestatoriam sellam apostolicae confessionis", la cual recordaba la Cátedra de San Pedro que todavía se conserva en la Basílica Vaticana al interior del monumento conocido como la "Gloria de Bernini".
Esta "gestatoriam sellam" consistía en una silla de madera, con brazos e incrustaciones de marfil, terminada en anillos en cada uno de sus lados inferiores por donde se pasaban las barras que permitían llevarla sobre los hombros.
Esta "gestatoriam sellam" consistía en una silla de madera, con brazos e incrustaciones de marfil, terminada en anillos en cada uno de sus lados inferiores por donde se pasaban las barras que permitían llevarla sobre los hombros.
Vista frontal de la silla gestatoria
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Vista trasera de la silla gestatoria con el escudo de armas de León XIII
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Vista trasera de la silla gestatoria con el escudo de armas de León XIII
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Detalle de la "Gloria de Bernini", donde destaca en el centro la Cátedra de San Pedro
(Imagen: Aleteia)
Los encargados de trasladar la silla gestatoria eran los sediarios pontificios (sediari pontifici), correspondiendo el cometido a aquellos más jóvenes y robustos, ya que a partir de cierta edad se les asignaba sólo a la sala de servicios de cámara. Se trata de un oficio antiguo, que a lo largo de los siglos ha evolucionado según diversas modalidades, vinculadas a las costumbres y necesidades de los tiempos, y se ha ido consolidando a medida que se reafirmaba la función singular de la Iglesia de Roma y de su Obispo como Cabeza de la Cristiandad. Como recuerda su misma denominación, su tarea ha estado relacionada desde siempre con la Sede de Pedro, incluso acompañando al Papa en su destierro de Aviñón y después en su descanso estival en Castelgandolfo.
En efecto, desde el siglo XIV se tiene noticia de la existencia de un Colegio de sediarios, los cuales desempeñaron diversas funciones, dependiendo del Prefecto de los Sagrados Palacios Apostólicos o del Mayordomo, funciones que, aunque de modo diverso, perduran en lo fundamental hasta hoy (véase aquí el discurso que Benedicto XVI les dedicó en 2006).
San Juan XIII llevado en silla gestatoria por los sediarios pontificios, que visten el uniforme anterior a la reforma posconciliar
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Cuidaban y entretenían a las visitas en las antecámaras y uno de ellos tuvo el honor de dormir en la sala adyacente a la del Santo Padre, que disponía de una campanilla para avisarle, siempre presto para acudir a su llamada.
San Juan XXIII saluda a los fieles a la salida de una audiencia en Castelgandolfo
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
El uniforme tradicional de los sediarios era un precioso traje de estilo barroco, en seda damasquinada de color carmesí, cuyo diseño parece provenir de Rafael Sanzio. El color en que estaba confeccionado representaba la sangre derramada por los mártires cristianos. Hasta 1950, incluía además un bicornio negro con una roseta, una banda y un botón en seda, siempre de color negro. El uniforme se completaba por una amplia zimarra roja y un suerte de capa (ferraiolo) negra bordeada por tres bandas de seda veteada de rojo, lo que indicaba su dignidad en la corte papal. Esta última prenda era conocida coloquialmente como "mantellone".
El beato Pablo VI llevado en silla gestatoria por los sediarios
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Al beato Pablo VI correspondió dar aplicación a las disposiciones conciliares que ordenaba simplificar el ceremonial pontificio, para hacerlo mayor sobriedad y ponerlo en sintonía con el mensaje cristiano y con las exigencia de los tiempos. Entre los cambios introducidos estuvo la supresión de la secular Corte Pontificia merced a la Carta Apostólica Pontificalis Domus (1968), aunque se conservaron los sediarios. Eso sí, su uniforme fue adecuado al siglo. Desde 1972, éste consiste en un frac compuesto de una levita de color gris aviolaceado, pantalones del mismo color, un chaleco gris perla, y guantes y pajarita blanca. Alrededor del cuello, los sediarios llevan un característico collar de plata cuyo medallón representa el sello oficial de la Santa Sede (la tiara papal con las llaves cruzadas) sobre el cual están grabadas las palabras "Anticamera Pontificia", el que se sostiene por medio de cuatro cadenas.
El papa Juan Pablo I hace ingreso a la Basílica Vaticana para una audiencia general llevado por los sediarios
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
En la actualidad, los sediarios se dedican a preparar las audiencias y celebraciones pontificias y a recibir a los invitados que tiene el Papa. La última vez que actuaron cumpliendo su función propria fue el 8 de abril de 2005, cuando 12 de ellos llevaron sobre sus hombros el féretro de San Juan Pablo II. Los sediarios pontificios son actualmente 24 y dependen del Decano de Sala de la Antecámara Pontificia, cargo que ostenta el Prof. Augusto Pellegrini.
Los sediarios pontificios trasladan el ataúd durante el funeral de San Juan Pablo II
(Imagen: WorldCrunch)
Con todo, a pesar de los cambios introducidos en diversos aspectos, el beato Pablo VI siguió usando la silla gestatoria después de haber abolido el correspondiente cortejo de guardias nobles rodeado de flabelos con que ella era trasportada. A su amigo el filósofo francés Jean Guitton (1901-1999) le explicó las razones por las cuales había tomado esta decisión: "Me he dado cuenta de que la incómoda silla, que da la sensación del mar y de las olas, me permite precisamente estar más cerca de todos. Se permanece elevado por encima de todos, para que todos puedan ver mejor, sin desigualdades ni precedencias". De hecho, éste era el simbolismo que tradicionalmente se le daba a la silla gestatoria y los sediarios: el Papa representaba a toda la Iglesia, que avanzaba sobre la barca de Pedro en medio del mundo, apoyado por la sangre derramada por los mártires.
El beato Pablo VI saluda a los fieles desde la silla gestatoria. Los sediarios visten el uniforme reformado
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Juan Pablo I fue el último papa que usó la silla gestatoria, movido por el deseo de los fieles, pese a su reticencia inicial.
Su sucesor, San Juan Pablo II, abandonó completamente el uso de la silla de gestatoria, sin que haya vuelto a ser utilizada por Benedicto XVI o el papa Francisco. En su reemplazo se ha empleado un vehículo motorizado descubierto (el "papamóvil"), con el cual el Santo Padre recorre la Plaza de San Pedro y que también se usa en sus desplazamientos fuera del Vaticano.
En 2002, cuando San Juan Pablo II ya no podía caminar por sus medios, comenzó a utilizarse una suerte de peana rodada sobre la cual iba de pie el Santo Padre, de la que había un antecedente en aquella tarima de la que sirvió durante su visita al Santuario de la Virgen de Guadalupe en 1979. Debido al empeoramiento de la salud del pontífice, al año siguiente se añadió un sillón para que el Papa hiciese el recorrido sentado.
Por privilegio especial, el Patriarca de Lisboa tenía derecho a silla gestatoria. Sin embargo, el privilegio consistía en que, cuando predicaba, la silla se colocaba en medio del presbiterio y el Patriarca podía sentarse en ella. A diferencia del Papa, entonces, el Patriarca de Lisboa no podía ser llevado sobre la silla en sus desplazamientos.
Juan Pablo I sobre la silla gestatoria revestido pontificalmente
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Juan Pablo I ingresa a la Basílica de San Pedro en silla gestatoria
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Juan Pablo I ingresa a la Basílica de San Pedro en silla gestatoria
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Su sucesor, San Juan Pablo II, abandonó completamente el uso de la silla de gestatoria, sin que haya vuelto a ser utilizada por Benedicto XVI o el papa Francisco. En su reemplazo se ha empleado un vehículo motorizado descubierto (el "papamóvil"), con el cual el Santo Padre recorre la Plaza de San Pedro y que también se usa en sus desplazamientos fuera del Vaticano.
San Juan Pablo II sobre una tarima rodada levada por los miembros de una cofradía durante su visita al Santuario de la Virgen de Guadalupe, Ciudad de México, en 1979
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
En 2002, cuando San Juan Pablo II ya no podía caminar por sus medios, comenzó a utilizarse una suerte de peana rodada sobre la cual iba de pie el Santo Padre, de la que había un antecedente en aquella tarima de la que sirvió durante su visita al Santuario de la Virgen de Guadalupe en 1979. Debido al empeoramiento de la salud del pontífice, al año siguiente se añadió un sillón para que el Papa hiciese el recorrido sentado.
San Juan Pablo II ingresa en una audiencia semi-pública en una pedana rodada
(Imagen: Wikipedia)
Benedicto XVI continúo usando la peana rodada hasta que renunció al ministerio pretrino en 2013, y rechazó la silla gestatoria cuando le fue sugerida como posibilidad. Ella era movida por dos sediarios pontificios. Benedicto XVI recorre la Basílica de San Pedro sobre la peana rodada, flaqueado por dos sediarios
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)
Por privilegio especial, el Patriarca de Lisboa tenía derecho a silla gestatoria. Sin embargo, el privilegio consistía en que, cuando predicaba, la silla se colocaba en medio del presbiterio y el Patriarca podía sentarse en ella. A diferencia del Papa, entonces, el Patriarca de Lisboa no podía ser llevado sobre la silla en sus desplazamientos.
Silla gestatoria del Patriarca de Lisboa conservada en el museo de la Catedral de Santa María Mayor de Lisboa
(Imagen: Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española)