1.– Un día, Silvano y su discípulo Zacarías fueron a visitar un monasterio. Al despedirse, se les hizo comer un poco. Una vez que estuvieron en marcha, el discípulo halló agua en el camino y quiso beber:
El Anciano le dijo: "Zacarías, hoy es día de ayuno".
Este preguntó: "Pero, ¿no hemos comido, padre?" Y
el Anciano respondió: "Lo que comimos provenía de la caridad; pero nosotros, hijo mío, guardamos nuestro propio ayuno".
2.– Otra vez, sentado con los hermanos, abba Silvano entró en éxtasis y cayó de cara contra la tierra. Después de largo tiempo, se levantó llorando. Los hermanos le suplicaron diciendo: "¿Qué tienes, Padre?"
El guardó silencio.
Pero como ellos insistieron, dijo finalmente: "Yo estuve en el Juicio, y vi muchos de nuestra raza que iban al castigo, y a muchos seglares que iban al reino". Después, el Anciano, compungido, no quiso dejar su celda. Y si era constreñido a salir, ocultaba el rostro con su capuchón diciendo: "¿Para qué ver esta luz temporal que no posee nada útil?."
3.– Otra vez, su discípulo Zacarías entró en su celda y lo encontró en éxtasis, con sus manos tendidas hacia el cielo. Cerrando la puerta, salió. Y fue nuevamente a la sexta, y después a la novena hora, encontrándolo en la misma actitud.
Y a la décima hora, golpeó, entró y, hallándolo con una gran paz interior, le dijo: "¿Qué tienes hoy, Padre?"
Silvano respondió: "Yo estaba enfermo hoy, hijo mío".
Pero el discípulo se abrazó a sus pies y le dijo: "No te dejaré hasta que me hayas dicho lo que viste". El Anciano contestó: "Fui al cielo y vi la gloria de Dios; y me quedé allá hasta que fui restituido a este lugar".
4.– En tanto abba Silvano permanecía en el monte Sinaí, su discípulo partió para realizar un servicio. Antes de alejarse, pidió al Anciano: "Abre el agua y riega el jardín".
El Anciano salió para cumplir el encargo, cerró la abertura de su capuchón mirando solamente el rastro de sus pasos.
Un hermano que llegó a esa hora, viéndolo de lejos, observó lo que hacía. Yendo hacia él, el hermano dijo: "Dime, abba, ¿por qué ocultas tu rostro con tu capuchón mientras riegas el jardín?"
El Anciano contestó: "Hijo mío, para que mis ojos no vean los árboles y mi espíritu no se distraiga".
5.– Un hermano fue en busca de abba Silvano a la montaña del Sinaí. Viendo a los hermanos que trabajaban, él les dijo: "No trabajéis por el alimento que perece. María, en efecto, eligió la parte buena".
Silvano dijo entonces a su discípulo: "Zacarías, entrega un libro al hermano y déjalo en una celda sin darle nada más".
Al llegar la hora novena, el visitante vigilaba atentamente la puerta por si se enviaba a alguien a llamarlo para comer.
Y, como nadie lo hizo, él se levantó, buscó al Anciano y le dijo: "¿Los hermanos no comieron hoy?" El Anciano le contestó afirmativamente. Entonces el otro preguntó: "¿Por qué no me llamasteis?"
El Anciano le respondió: "Porque eres un hombre espiritual y no tienes necesidad de este alimento. Nosotros, siendo carnales, queremos comer, por eso trabajamos. Tú elegiste la parte buena: Has leído todo el día y no deseas comer alimento carnal".
Al escuchar estas palabras, el hermano se prosternó diciendo: "Perdóname, abba".
El Anciano dijo entonces: "En verdad, incluso María tiene necesidad de Marta. Es gracias a Marta, en efecto, que se hace el elogio de María".
6.– Se interrogó un día al abba Silvano diciendo: "¿Qué género de vida llevaste, Padre, para recibir esa sabiduría?"
El respondió: "Jamás dejé penetrar en mi corazón un pensamiento que atrajera la cólera de Dios".
7.– Abba Silvano dijo: "Yo soy un esclavo. Mi maestro me dice: haz mi trabajo y yo te alimentaré; pero no busques de dónde te alimentaré, ya sea que yo lo posea, ya sea que lo robe, ya que lo pida prestado, tú, no busques; trabaja solamente y yo te alimentaré. Entonces yo, si trabajo, me alimento del fruto de mi salario; pero si no trabajo, como de la caridad".
8.– Abba Moisés interrogó al abba Silvano diciendo: "¿Puede el hombre cada día colocar un nuevo cimiento?."
Y el Anciano respondió: "Si es trabajador, incluso cada hora puede colocar un nuevo cimiento".