Meditar sobre ellos, seguir las indicaciones que cada uno contiene.
No se trata de verlos de corrido. Cada catequista o encargado del taller sabrá cada cuando presenta un tema. Puede ser diario, puede ser por semana, cada tercer día.
Tampoco se trata de verlo a la hora que cada persona quiera. Se establece un horario y se sigue. La disciplina es parte de cualquier taller.
Padre bueno y eterno,
te pido por los méritos de tu Hijo Jesucristo que éste taller traiga bendiciones en la vida de todos aquellos que lo tomen y lo sigan tal cual fué pensado y realizado.
Que dé frutos en las personas, en sus vida, que los conduzcan de nuevo a Tí.
Amén.
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