Escapularios

Cómo hacer un escapulario
Nuestra Señora del CarmenPor escapulario se puede entender dos piezas asociadas a la religión cátolica: una pieza de la vestimenta monacal o una pieza de devoción.
El escapulario monacal es una pieza de tela parte del hábito de algunas congregaciones religiosas católicas, masculinas y femeninas (carmelitas, trinitarios, mercedarios, dominicos, etc). Consiste en una tira con una abertura por donde se mete la cabeza y que cuelga sobre el pecho y la espalda, pendiente de los hombros (en latín, scapula) Es parte del traje de faena usado por los monjes benedictinos entre otros y es símbolo del yugo de Cristo.

El escapulario devocional se deriva del escapulario monacal pero es mucho más pequeño: son dos piezas de género unidas por dos largas bandas o cordones.

Los más conocidos son el de Nuestra Señora del Carmen (marrón), de la Virgen de la Merced (blanco), de la Pasión (rojo), de la Inmaculada (azul), de la Trinidad (blanco) y de la Virgen Dolorosa (negro). Son dieciocho escapularios, los aprobados e indulgenciados por la Iglesia. Pretenden recordar a quienes los llevan los deberes e ideales de la orden correspondiente.

El escapulario tiene 3 significados:

El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.

Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.

Vemos en la Biblia:

- Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón)
- Jonás le dio su manto a David: símbolo de amistad -Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.
- S. Pablo: revístanse de Cristo: vestirnos con el manto de sus virtudes.

Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.

Consagración: “pertenecer a María” es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.

- En 1950 Papa Pío XII escribió acerca del escapulario: "que el escapulario sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos". Quien usa el escapulario debe ser consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente en sus pensamientos, palabras y obras. Dice Jesús: "Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29). El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar, pero que María nos ayuda a llevar. El escapulario es un signo de nuestra identidad como cristianos, vinculados íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación, lo que exige que seamos pobres, castos y obedientes por amor.

Al usar el escapulario constantemente estamos haciendo silenciosa petición de asistencia a la Madre, y ella nos enseña e intercede para conseguirnos las gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando su Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercanos a las necesidades de nuestros hermanos, y nos está recordando que nuestra meta es el cielo y que todo lo de este mundo pasa. En la tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden dice: "No lleguemos a la conclusión de que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la omnipotencia suplicante de la Madre de la Misericordia."

El suave yugo de Cristo: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". (Mt 11:29-30)
- El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.

Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga.

Se debe vivir lo que significa
El escapulario es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación. Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes por amor a Dios.

En momentos de tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre, resueltos a ser fieles al Señor.

Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido.

Imposición del Escapulario:
Rito de la imposición del escapulario en la orden carmelita

scapular-simon-17.jpgEl primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice:

"Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna"

¿Puede darse el escapulario a quien no es católico?
Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario.

Conversiones
Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por qué está usando el Escapulario Carmelita?", preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María diariamente." "Usted se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?" ´Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.

Alerta contra abusos:
El escapulario NO salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la “omnipotencia suplicante” de la madre de la misericordia."

Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor."

Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.

San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario."



Escapularios aprobados por la Iglesia:

1. Escapulario Carmelita: También conocido como “escapulario marrón”, lleva por un lado la imagen de Nuestra Señora del Carmen y por otro el escudo, a veces alguna frase, pero ni esto ni ninguna otra imagen es obligatoria. La fama de este escapulario ha motivado la proliferación de otros. Es claro que mientras algunos escapularios han quedado suscritos a un marco determinado (mercedarios, trinitarios o servitas), el escapulario Carmelita ha trascendido estos límites y es usado por muchos, impuesto por los sacerdotes, fuera de las cofradías y asociaciones carmelitanas. Es un escapulario de la Iglesia entera y no ha perdido su vigencia, siendo el más extendido y conocido hoy.

Escapulario de Santísima Trinidad:
Es el de la Orden Trinitaria, blanco con la cruz azul y roja. Nace de una visión de San Juan de Mata, fundador de la Orden, que vio un ángel con una prenda de color blanco y una cruz con el eje transversal azul, y el longitudinal, rojo. Es usado por los miembros de la Cofradía de la Santísima Trinidad (o de otra asociación trinitaria o cofradía asociada a Jesús de Medinacelli, devoción trinitaria en origen).

3. Escapulario de Nuestra Señora de la Merced:De color blanco y la parte frontal tiene una imagen de la Virgen y detrás el escudo de la Orden. A veces tiene la anagrama de María.








4. Escapulario de los Siete Dolores de María:  Es negro, como el hábito de los Servitas, propagadores de este Escapulario. Aunque no se prescribe ninguna imagen, suele llevar una imagen de la Dolorosa, del Corazón de María, la Piedad…

5. Escapulario de la Inmaculada Concepción: Es de color Azul, color distintivo de María. Por una cara lleva a la Inmaculada y por otra el anagrama de María.  

span style="color: #993366; font-family: georgia, palatino;">6. Escapulario de la Preciosísima Sangre: 
de color rojo y una cara tiene un cáliz con la Sangre, siendo adorado por ángeles, mientras que la otra cara es sólo roja.

7. Escapulario de la Pasión:  Es de color negro y lleva el escudo Pasionista por el frente y algunos símbolos de la Pasión. La parte que cuelga por la espalda es solo tela negra o a veces tiene un crucifijo. En la vida de San Pablo de la Cruz ya se lee que recidió esta insignia por revelación.

8. Escapulario de la Pasión de Nuestro Señor y de los Sagrados Corazones de Jesús y María: deben ser de color rojo y un lado muestra un crucifijo, algunos de los instrumentos de la Pasión, y las palabras "La Santísima Pasión de Nuestro Señor Jesucristo nos salvará." La otra cara muestra una pequeña cruz encima de los Sagrado Corazones de Jesús y María, y las palabras "Sagrados Corazones de Jesús y María, protéjannos."


9. Escapulario “Auxilio de los enfermos”: es negro y la parte frontal tiene una imagen de la Virgen María, San José y San Camilo de Lelis. La otra cara tiene la cruz roja de los camilianos, Orden que propaga este escapulario entre los fieles asociados a ella.
10. Escapulario del Inmaculado Corazón de María: De color blanco, en la parte delantera tiene al Corazón de María, por detrás no tiene nada.

11. Escapulario de San Miguel Arcángel: este es más original y diferente. No tiene forma rectangular sino de escudo terminado en punta. La cara delantera es azul y la posterior es negra, asimismo las cintas: una azul, la otra negra. En ambas caras tiene al arcángel miguel y las palabras: “¿Quién como Dios?”.
12.  Escapulario de San Benito: De color marrón, la parte frontal tiene generalmente una imagen de San Benito, pero no es necesaria. La parte posterior, suele llevar la medalla del Santo, pero eso es moderno y tampoco obligatorio. Fue renovado e impulsado con nuevas indulgencias en 1883, a la par que se permitió sustituirlo por la medalla, que es mucho más conocida.


13. Escapulario de Nuestra Señora del Buen Consejo: De color blanco, nació en 1893, por los Eremitas de San Agustín, el papa León XIII lo aprobó y le concedió indulgencias. Por una cara lleva a la Virgen del Buen Consejo de Genazzano (devoción agustiniana) y por la otra, la tiara papal y las llaves de San Pedro y la inscripción “Hijo, confía en su consuelo”.


14. Escapulario de San José: Asociado a los capuchinos, originalmente fue blanco (luego oro y morado), nació en el siglo XIX, siglo del resurgimiento de la devoción josefina. Por delante tiene a San José con el niño y la inscripción “San José, patrono de la Iglesia, ruega por nosotros”. Por detrás, la tiara pontificia con las llaves de San Pedro y sobre ello una paloma, debajo del todo, la inscripción: “El Espíritu del Señor es su guía”. Surgió en Verona, y en Francia, al mismo tiempo, pero de diferente manera, para subsanar esto se unificaron ambos, como lo propagaban los capuchinos: morado y oro, con el cordón blanco.


15. Escapulario del Sagrado Corazón de Jesús: tiene su origen en la imagen que Margarita María de Alacoque dibujó en cientos de tarjetas y regalaba, como signo de protección. Comenzó a ser usado como signo de catolicidad en la Revolución Francesa (sus gobernantes veían en esa imagen lo más contrarevolucionario del momento, de hecho el peor cargo contra las carmelitas mártires de Compeige fue ese: tienen una imagen del Corazón de Jesús). En Marsella se dice que protegió las casas de la peste. Es blanco, en una cara tiene al Sagrado Corazón y en la posterior a la Virgen María bajo el título de “Madre de la Misericordia”. No confundir con el “Detente”, que es otra cosa.


16. Escapulario de los Sagrados Corazones de Jesús y María: Es muy similar al Escapulario Rojo de la Pasión y se aprobó en 1900. Los dos segmentos de tela blanca, tienen a los Corazones de Jesús y María y una cruz roja.

17. Escapulario de Santo Domingo: Surgió en 1903, en Roma y no tiene casi ninguna extensión. Es blanco, por un lado tiene la imagen de Santo Domingo de rodillas ante el crucifijo y por la otra al Beato Reginaldo de Orleans recibiendo el hábito de las manos de la Madre de Dios
18. Escapulario de la Santa Faz: es también conocido como “de la Verónica” por la asociación de la Santa Faz con la Santa Verónica. Es negro y tiene una imagen de la Santa Faz (suele ser la de la Sábana Santa). Puede sustituirse por una medalla de la Santa Faz o crucifijo.

19. Del Inmaculado Corazón de María: Es verde y está relacionado también con su Inmaculada Concepción; Se conoce también como "Socorro de los enfermos".  Se le debe a Sor Justina Bisqueyburu, una hermana de la Caridad,  a quien se le apareció la Virgen sosteniéndo en su mano un corazón ardiente.


ESCAPULARIOS NO AUTORIZADOS, PERO USADOS

1) De los Cruzados del Monte Carmelo. Es marrón, en ambas caras tiene una cruz latina dorada.



2) De Nuestra Señora de Lourdes: Azul, en una cara tiene a la Virgen de Lourdes y en la otra el anagrama de María y los Sagrados Corazones.

Hago notar que todos estos escapularios, mientras más modernos, son más cargados de símbolos y colorido, más detallados en su contenido, más obligatorio su uso, más castigos si lo desprecias y más promesas si los usas, o sea, más oriundos de la voluntad humana que nada.


Además, hay una serie de “escapularios” modernos, hechos por fabricantes y generalmente en América, que no proceden de “revelación” ni aparición alguna, simplemente los hacen con santos de devoción y punto. Suelen ser marrones, azules o negros, de tela, plásticos, metálicos y lo normal es que sean de pésimo gusto. Los más conocidos son de San Francisco, N. S. de Guadalupe, San Charbel, San Expedito, Santa Teresita, San Cristóbal, San Antonio, San Pío de Peltreccina, la Divina Misericordia y, como no, de San Judas Tadeo y mil santos más. Se les llama escapularios por la forma que tienen, imitando los tradicionales y aprobados por la Iglesia. A veces también cuelgan de ellos medallas o cruces y son usados para rituales de amarres, hechizos de amores y cosas así.



EL ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN


¿Qué es?
El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la orden Carmelitana, en la esperanza de su protección maternal.

El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón, por todos conocido.

El escapulario del Carmen es un sacramental, es decir, según el Concilio Vaticano II, “un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia” (S.C. 60).

La “Gran Promesa”
En un momento de gran aflicción para la Orden del Carmen, San Simón Stock suplicó a la Madre de Dios que le diese una señal de Su protección. Y el día 16 de julio de 1251 la Santísima Virgen se le apareció con el Niño Jesús y le presentó un Escapulario, prometiéndole que todos los que con él muriesen no padecerían el fuego eterno. “Es, pues, una señal de salvación, salvaguardia en los peligros, alianza de paz y de protección sempiterna”, dijo la Madre de Dios.

El sentido de esta promesa es que la persona que muere con el Escapulario recibirá de la Virgen María, a la hora de la muerte la gracia de la perseverancia en el estado de justicia si está en él, o, en caso contrario, la gracia de la conversión y de la perseverancia final.

Esta “gran promesa” es válida no sólo para los religiosos que mueren con el Escapulario largo, sino también para los fieles que lleven el Escapulario pequeño o la medalla–escapulario.

El Privilegio Sabatino
La predilección de María Santísima por el Carmen fue confirmada de modo aún más maternal en el siglo siguiente, cuando se apareció al futuro Papa Juan XXII, entonces cardenal, en Avignon, Francia. Allí le prometió una especial asistencia para los que llevasen el Escapulario del Carmen, diciendo que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de su muerte.

Para gozar de los privilegios del escapulario es necesario:
1) Haber recibido debidamente el Escapulario, es decir, impuesto por un sacerdote con poder para tal (actualmente cualquier sacerdote con uso legítimo de órdenes tiene ese poder).

2) Que el Escapulario sea como prescribe la Iglesia, es decir, hecho con dos pedazos de lana (y no de otro material) unidos entre sí por cordones, de forma cuadrangular o rectangular y de color marrón.

3) Que una parte caiga sobre el pecho y otra sobre la espalda.

4) Guardar la castidad cada uno según su estado (perfecta para los solteros y matrimonial para los casados).

5) Rezar las oraciones prescriptas por el sacerdote que lo impuso.

Protección maternal
Por su profundo simbolismo mariano, por los grandes privilegios y por el gran amor y privilegiada asistencia, que ha manifestado a través de los siglos la Santísima Virgen del Carmen a quienes vistan devotamente su escapulario, es por lo que tan prodigiosamente se ha extendido por doquier esta piadosa devoción de vestir el escapulario.

He aquí las razones del valor espiritual de la devoción del santo escapulario:
“Sobre todo por su rico simbolismo: ser hijo de María, ver en él todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la Madre Amable. Por morir en gracia de Dios, quien lo vista piadosamente. Porque saldrá del Purgatorio cuanto antes quien muera devotamente con él. Por llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la muerte y aún más allá. “En la vida protejo; en la muerte ayudo, después de la muerte salvo”, son sus credenciales por los innumerables prodigios que ha obrado. Por las relaciones con sus apariciones más recientes en Lourdes y Fátima. Por las muchas indulgencias que disfrutan quienes visten este escapulario”.

Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

"Además de la gran promesa de preservar del infierno, del singular privilegio Sabatino y del honroso título de Hermanos de la Virgen [los frailes del Carmen son llamados 'Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo'] y de la salvación en los peligros, así como de gran número de indulgencias, los que visten el Escapulario del carmen gozan de la participación en todas las obras buenas que se practican en toda la Orden del Carmen. Esto quiere decir que en la Orden del Carmen todo lo que cae bajo el común denominador de "buenas obras" -como virtudes, satisfacciones, Misas, oraciones, predicaciones, ayunos, disciplinas, inmolaciones, frutos de las Misiones, práctica de los votos, austeridad de la vida del claustro, efectos saludables del apostolado de la devoción a la Virgen del Carmen y a su santo Escapulario, etc.- forma un acervo común o un capital social que se reparte entre todos y cada uno de los miembros que, sea por profesión (religiosa) o en virtud del privilegio de la agregación, pertenecen a dicha Orden de la Virgen del Carmen".

El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes de María. Así lo recordaba a todos: religiosos, terciarios y cofrades, “que forman, por un especial vínculo de amor, una misma familia de la Santísima Madre”, el Papa Pío XII, el 11 de febrero de 1950:

“Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad. Vean, en la forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor. Vean, sobre todo, en esta librea, que visten día y noche, significada, con simbolismo elocuente, la oración con la cual invocan el auxilio divino. Reconozcan, por fin, en ella su consagración al Sacratísimo Corazón de la Virgen Inmaculada, por Nos. recientemente recomendada”.

Indulgencias
He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que visten el escapulario:

A) Indulgencias plenarias: 1. El día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía. 2. En las fiestas: de la Virgen del Carmen (16 de julio), de San Simón Stock (16 de mayo), de San Elías profeta (20 de julio), de Santa Teresa de Jesús (15 de octubre), de Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre), de San Juan de la Cruz (14 de diciembre), y de todos los Santos Carmelitas (1 de noviembre)

B) Indulgencia parcial: se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y no sólo al escapulario, sino también a la medalla–escapulario.

Recomendación pontificia
Desde el siglo XVI –que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen– casi todos los papas lo han vestido y propagado. Baste recordar aquí que Pablo VI, tratando de las líneas señaladas por el Vaticano II, dijo: “Creemos que entre estas formas de piedad mariana deben contarse expresamente el rosario y el uso devoto del ESCAPULARIO DEL CARMEN”. Y añade, tomando las afirmaciones de Pío XII: “Esta última práctica, por su misma sencillez y adaptación a cualquier mentalidad, ha conseguido amplia difusión entre los fieles con inmenso fruto espiritual”. Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.

La fiesta de la Virgen del Carmen –16 de julio– está entre las fiestas “que hoy, por la difusión alcanzada, pueden considerarse verdaderamente eclesiales” (M.C. 8).

Objetivo principal
María será siempre camino para llegar a Jesús. Entre las devociones que los cristianos dedican a honrar a María –decía Pío XII el 11 de febrero de 1950– “debe colocarse, ante todo, la devoción del escapulario de los carmelitas”.

Por ello recomendamos vivamente que se lleve día y noche el escapulario –vestido de María–, pero su uso permanente no es indispensable para ganar las indulgencias.

El escapulario de tela –que se recomienda por simbolizar mejor el vestido y consagración a María– puede ser sustituido por la medalla–escapulario.

Quien viste el escapulario del Carmen debe distinguirse por una profunda, sincera y filial devoción a la Santísima Virgen, esforzándose siempre por conocer, amar, imitar e irradiar a María, ya que la Orden del Carmen –a la que pertenece por vestir su hábito– tiene como finalidad vivir su vida y extender su culto. El título oficial de los Carmelitas es éste: HERMANOS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.

Mi lema
Todo esto debe animar a los cristianos a vestir con devoción el escapulario de la Virgen María que tantos prodigios ha obrado a través de los siglos y que me promete una ayuda especial y protección maternal de parte de María. Éste será el ideal o lema que se procurará vivir a toda costa:

“Que MI ESCAPULARIO me acompañe siempre. Que en él vea siempre a mi Madre Celestial. Que al besarlo lo haga con amor de hijo y como promesa de amarle más y servirle mejor. Que su recuerdo y su presencia en mi pecho me anime a serle más fiel a su Hijo y a Ella. Que en él vea grabadas todas las virtudes de mi celeste Madre y trate de vivirlas. Que su constante presencia sobre mi corazón me ayude a evitar el pecado y a practicar la virtud. Que su recuerdo nunca permita que me olvide de Ella y así puedo estar seguro que Ella no me abandonará”.

Actualidad de esta devoción
La misma Virgen María insistió en su necesidad para los tiempos actuales. La impresionante secuencia de grandes apariciones marianas que comenzó a partir del siglo XIX, en un llamado acuciante para pedir la conversión y penitencia del mundo cada vez más pecador, presenta un discreto y constante vínculo con esta devoción que remonta a la Edad Media.

En efecto, en Lourdes, la última aparición a Santa Bernardita tuvo lugar el 16 de julio de 1858, fiesta litúrgica de Nuestra Señora del Carmen y aniversario de la entrega del Escapulario a San Simón Stock. Y en Fátima, en la sexta aparición, durante la cual se produjo el milagro del sol para probar su autenticidad, la Virgen quiso aparecer a los tres videntes -Lucía, Jacinta y Francisco- bajo la advocación del Carmen, con el Niño Jesús en los brazos y el Escapulario.

A este propósito, la Hermana Lucía, en una entrevista concedida el 15 de Agosto de 1950 al R. P. Howard Rafferty, O.C.D., confirmó esa visión y que la Virgen quería que el Escapulario fuera tomado como parte del mensaje, añadiendo: "ahora el Santo Padre lo ha afirmado así al mundo entero, diciendo que el Escapulario es signo de consagración al Inmaculado Corazón. (...). El Rosario y el Escapulario son inseparables"

Al sernos impuesto el Escapulario nos consagramos a la Virgen y elegimos, así, "el camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Nuestro Señor, que es en lo que consiste la perfección del cristiano".

Así lo practicaron y enseñaron los santos, particularmente San Luis María Grignion de Montfort, y lo expresó Ella misma en Fátima. Y a través de la voz de sus pastores, la Iglesia lo reafirma, como lo hizo recientemente Juan Pablo II recordando a Pío XII: "la forma más auténtica de devoción a la Virgen Santísima, expresada mediante el humilde signo del Escapulario, es la consagración a su Corazón Inmaculado".
Quienes reciben la imposición de este Escapulario y lo visten habitualmente, necesitan saber las razones que la iglesia ha tenido para autorizarlo y recomendarlo, bendiciendo e indulgenciando a sus devotos.
De este modo lograrán que les sirva de medio en su perfeccionamiento en la fe de Cristo y alcanzarán con más facilidad la saludable ayuda de la Virgen Santísima, Madre espiritual y medianera de todas las gracias, a la que pretenden honrar. Ella, a los que vivan esta común consagración carmelitana, significada en el Escapulario, los conducirá a una más plena participación de los frutos del Misterio Pascual.
El Escapulario es un símbolo de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María. Nos lo dio La Santísima Virgen. Se lo entregó al General de la Orden del Carmen; San Simón Stock, según la tradición, el 16 de julio de 1251, con estas palabras: «Toma este hábito, el que muera con él no padecerá el fuego eterno».
Alude a este hecho el Papa Pío XII cuando dice: «No se trata de un asunto de poca importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen».

Privilegio sabatino
También reconocida por Pío XII, existe la tradición de que la Virgen, a los que mueran con el Santo Escapulario y expían en el Purgatorio sus culpas, con su intercesión hará que alcancen la patria celestial lo antes posible, o, a más tardar, el sábado siguiente a su muerte.

Resumen de las promesas
1. Morir en gracia de Dios.
2. Salir del Purgatorio lo antes posible.
Indulgencias
Se puede ganar indulgencia plenaria: véanse los días en el enlace.
Véase el enlace:
http://webcatolicodejavier.org/escapulario.html
Además:
El valor y el sentido del Escapulario
El Escapulario hunde sus raíces en la tradición de la Orden, que lo ha interpretado como signo de protección materna de María. Tiene, en sí mismo, a partir de esa experiencia plurisecular, un sentido espiritual aprobado por la Iglesia.
Lea aquí ejemplos de su protección




El Santo Escapulario y Juan Pablo II

Juan Pablo II fué un verdadero devoto y apóstol del Escapulario del Carmen., con el testimonio de su vida, y a través de los numerosos documentos en los que ha tratado de esta prenda de salvación.

De niño, cuando apenas contaba diez años de edad, recibió en su ciudad natal el Escapulario del Carmen.

A lo largo de su vida ha recordado con plena satisfacción este hecho, que ha considerado como una gracia del Señor y un honor. En el año 200l,  hizo esta auto-confesión en la carta que dirigió a los Padres Generales de la Orden del Carmen, con motivo de celebrarse el 750 aniversario de la entrega del Escapulario a San Simón Stock: "¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto tiempo, el Escapulario del Carmen!".

Era devoto y propagandista del Escapulario. En su ministerio parroquial, se preocupaba de imponérselo a los fieles. El mismo hacía la imposición. Durante unos "ejercicios espirituales" en la parroquia de San Froilán de Cracovia, siendo aún joven sacerdote, se lo impuso a un grupo de devotos. Y antes de la imposición les dijo: Llevad siempre el Escapulario. Yo lo llevo cons-tantemente; y de esta devoción he recibido un gran bien. Algo parecido hizo siendo Papa, el l7 de febrero de l980, al visitar la parroquia de San Martín ai Monti, atendida por religiosos carmelitas. Tomando el escapulario de la Priora del Carmelo seglar, dijo: También yo lo llevo aquí bajo mis vestidos, desde que era niño.

A propósito de esto, de la conducta del Papa con el Escapulario, existen declaraciones conmovedoras de algunos testigos. Cuando sufrió el atentado en la Plaza de San Pedro, el l3 de mayo de l98l, fue internado en el Policlínico Gemeli de Roma. Y uno de los médicos que le atendió y le prestó los primeros auxilios, hizo esta declaración: "Eran las 6 de la tarde cuando el Pontífice entró en la sala de operaciones, vestido con un sencillo pijama. Llevaba sobre la camiseta y sobre la misma piel el 'escapulario', dos trocitos de tela marrón sobre el pecho y sobre la espalda, unidos con unos cordoncillos con la imagen de la Virgen del Carmen" (Publi cado en 'La Republica', l5, V, l98l, por Silvano Mazzocchi).

Algo parecido sucedió en 16 de julio de l992, cuando fue internado de nuevo en el mismo Policlínico, para una revisión minuciosa. El mismo periodista publicó esta noticia en el mismo diario, en el l7 de julio: "Juan Pablo, ayer por la mañana, veinticuatro horas después de haber salido de la sala de operaciones, estaba sentado en un sillón. Sobre su vestido sobresalía el 'es- capulario' de la Virgen del Carmen, que no abandonó jamás"...

El magisterio del Papa, hablado y escrito, sobre el escapulario, es muy rico y abundante. Casi todos los años en la celebración del la fiesta el l6 de julio ha enviado algún mensaje y consigna a los fieles. Algunos documentos son verdaderamente magistrales. Así el del año l988, dirigido cuando se encontraba de vacaciones en los Alpes italianos, en el pueblecito Pian di Neve, en el Monte Adamello, completado con la meditación que hizo el día 24 (domingo), en Castelgan-dolfo, con la recitación del 'Angelus'(Ver L'Os.Romano, 3l,VII, l988, p. l; edic. española)

Uno de los documentos más importantes en esta linea -pasando por alto otros muchos- es la Carta que el Papa dirigió a los Padres Generales de la Orden Carmelita el 25, III, 200l, a que me he referido más arriba. Consta de seis números, o párrafos, en los que trata de la Virgen del Carmen y de la vida mariana del carmelita, que significa 'consagración'-amor filial a María como Madre, y vida de intimidad espiritual con Ella: "intimidad de relaciones espirituales", en un clima de oración y de contemplación. Resalta a la Virgen como modelo de virtudes.

Los números 5 y 6, y las últimas lineas del 4 tratan del Escapulario, que el Papa considera como "un tesoro para toda la Iglesia", porque es como una "síntesis" del "patrimonio mariano del Carmelo" y de la "espiritualidad mariana, que alimenta la devoción de los creyentes".

Entre los rasgos propios y característicos del Escapulario, considera el concepto de 'hábito', que agrega al que lo recibe a la Orden del Carmelo y lo introduce en su tierra, "para que guste de sus frutos y bienes". El Escapulario, "signo" de la "presencia dulce y materna de María", que implica el "compromiso de revestirse de Jesucristo". Evoca también las verdades fundamentales: la protección continuada de María, en la vida y en la hora de la muerte, y que la vida de sus devotos debe estar "entretejida de oración y de la práctica de los sacramentos". El Escapulario es también "un signo de alianza y de comunión recíproca entre la Virgen y sus devotos, que deben "crecer en el amor e irradiar en el mundo la presencia de esta mujer del silencio y de la oración"...

Esta carta es una catequesis y una instrucción magnífica del Papa, que actualiza la espiritualidad mariana del Escapulario, que toda la familia carmelitana debe esforzarse por irradiar y difundir ante el pueblo de Dios, como una forma auténtica de "devoción a María, Estrella del mar y Flor del Carmelo".


Escapulario verde

Cuando en la familia hay algún familiar o amigo que se encuentra lejos de la fe y uno desea hacer algo al respecto, María Madre Santísima nos dió una forma de convertirles cuando ella se le apareció a la Hermana Justina Bisqueyburu en 1840, llevando "la vestidura de la conversión - El escapulario verde." Ella dijo:

" Esta insignia santa de mi Inmaculado Corazón ha de ser un gran medio para la conversión de almas..."

Por un periodo de mas de seis años, La Virgen se le apareció a la Hermana Justina y le respondió muchas preguntas con relación al escapulario y a su uso. La Virgen María dijo que el Escapulario Verde no necesita ninguna bendición especial, y no necesita inscripción como el Escapulario Café.

Puede ser bendecido por cualquier Sacerdote. Si la persona que nosotros queremos que se beneficie de este escapulario no conviene en llevarlo consigo, este se puede colocar en cualquier sitio de su habitación. Cada día se debe decir la siguiente oración: "Inmaculado corazon de maria, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte" Si la persona por quien se tiene intención en el escapulario no va a decir la oración, entonces aquel que lo regala debe de decirla en su lugar, todos los días. La Virgen María dijo:

"Las gracias mas grandes se obtienen por el uso del escapulario, pero estas gracias vienen en proporción directa con el grado de confianza que el usuario tenga en mi." Santa Brigida tenía tal confianza en la Virgen María. Por esto la Virgen le reveló:" no hay pecador en el mundo, que aunque se encuentre en enemistad con Dios, no pueda regresar a Dios y recuperar su Gracia si el o ella tiene recurso a mi y pide mi asistencia."

1. Origen del escapulario Rojo o de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo


Sor Apolonia Andriveau. Revelación del Escapulario de la Pasión. Zócalo de la Iglesia Parroquial de San Gonzalo. Plaza de San Gonzalo. Sevilla.
Sor Apolonia Andriveau. Revelación del Escapulario de la Pasión. Zócalo de la Iglesia Parroquial de San Gonzalo. Plaza de San Gonzalo. Sevilla.En la ciudad de Troyes, Francia, el 26 de julio de 1846 Nuestro Señor se apareció a Sor Apolina Andriveau Hija de la Caridad. Dejemos que sea ella misma quien nos narre esta manifestación:
“Habiéndome subido a la capilla antes de la bendición del Santísimo, me pareció ver a nuestro Señor, que tenía en la mano derecha un escapulario rojo suspendido de dos cintas del mismo color; sobre uno de los extremos se veía la figura del Crucifijo, al pie del cual estaban los instrumentos más dolorosos de la Pasión tales como los azotes, el martillo, la lanza, la túnica de la que había sido revestido su cuerpo ensangrentado. Alrededor del crucifijo se leía esta inscripción: “Santa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, Sálvanos”
“En el otro extremo de las cintas y en la misma clase de tela estaban representados su Sagrado Corazón y el de su Bendita Madre. Una cruz colocada en el centro y poco más arriba, parecía unir los dos corazones; alrededor, ésta inscripción: “Sagrados Corazones de Jesús y María, Protégenos”
Un Domingo por la tarde estaba yo haciendo el Viacrucis. En la décima tercera estación, me pareció que la Santísima Virgen ponía entre mis brazos el cuerpo sagrado de nuestro Divino Salvador que me decía: “el mundo se pierde, porque no piensa en la Pasión de Jesucristo. Haz cuanto puedas para salvarlo“.
Y continúa la vidente, diciendo:
“Creo que la Pasión de Jesucristo es el medio más eficaz de convertir a los pecadores y de reanimar la fe de los justos. ¿Quién podrá resistir a un Dios expirando por Amor a los hombres? “
La aparición de nuestro Señor con el escapulario en la mano se repitió varias veces; una de ellas en la exaltación de la Santa Cruz en 1847. Allí nuestro Señor le dijo: “los que lleven este escapulario, recibirán todos los Viernes la remisión de todos los pecados y un gran aumento de Fe, Esperanza y Caridad”
Y como la iglesia es muy prudente ante estas apariciones, luego de una cuidadosa investigación, el Beato Papa Pio IX, aprobó la propagación del escapulario de la Pasión el 25 de junio de 1847.

2. Mensaje del Escapulario

De ninguna manera podemos hablar de Cristo Crucificado quedándonos en el Viernes santo, sin mirarlo desde la luz de la Pascua de Resurrección. No podemos vivir con Jesús sino muriendo con Él, sólo reinaremos con Él si con Él sufrimos.
El escapulario de la Pasión es un instrumento de la Gracia de Dios que nos mueve a la conversióncontinua, a dejarnos tocar y lavar por la Sangre preciosa de Cristo, que se derramó por todos los pecadores. El color rojo del escapulario de la pasión es evocación de la Sangre derramada por nuestra Salvación y un símbolo de un amor en el que hemos de participar en Jesús Crucificado, Fuente y Modelo de ese amor. No es un amuleto o un talismán de buena suerte sino una visualización de la infinita y constante misericordia de Dios que nos llama a estar siempre con El como discípulos suyos, siguiendo las huellas de su vida, pasión, muerte y resurrección.
El escapulario de la Pasión, nos lleva a honrar el Corazón de Cristo, inseparablemente unido al Corazón de María que es quien nos lo dió, es acudir precisamente a la expresión más profunda de la Misericordia de Dios. El Señor resucitado mostró a sus apóstoles sus manos y su costado, antes de subir al cielo.
¡Oh, Jesús mío, qué poco conocemos tu misericordia!
¡Qué poco pensamos en tus sufrimientos que son los
que nos han adquirido esa misericordia!
Sor Apolina Andriveau, Hija de la Caridad